Capitulo 2

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- ¡Lena! - grito Sam muy efusivamente. Dios, en verdad la había extrañado.

Corrió hacia mi y se agachó para abrazarme, apretó los brazos alrededor de mi cuerpo y yo le respondí. Era tanto el tiempo que había estado separada de mi mejor amiga y aquellas conversaciones telefónicas no llenaban totalmente el vacío.

- ¡Te extrañe mucho, Len! - grito prácticamente en mi oído

- ¡También te he extrañado, Sammy! - grite de la misma forma

- ¡Pero mírate! Has cambiado mucho - grito al romper el abrazo

- ¿Qué cambio? Si sigo igual desde la última vez que nos vimos - conteste divertida

- Por favor, tu cabello es diferente - observó

- Si, bueno, quise cambiarlo un poco antes de venir, ya sabes, cerrar ciclos - respondí divertida, Sam rió por mi comentario - ¡Pero mírate tu! ¡Tú cabello luce genial!.

Sam no había cambiado en lo absoluto, solo su cabello había crecido bastantes centímetros. La última vez que la vi tenia fleco y el cabello le llegaba por encima de los hombros, pero ahora lo tenía realmente largo, le lucía bastante bien.

- Si, bueno, que puedo decir, soy perfecta, lo sabes - bromeó, en verdad que la extrañaba a ella y a su alto ego.

- Ejem.... - Kara se aclaró la garganta para hacerse notar. Ambas la miramos.

- Ay, lo siento - dijo Sam dándole un rápido abrazo con uno de sus brazos - ¡Es que estoy emocionada! - la flamante sonrisa de Sam más cuando me volvió a ver - ¡Hay tantas cosas que quiero contarte!

- ¡Yo también! - dijo emocionada.

- Supongo que ya se conocieron - volvió su atención a Kara

- Si - dijimos las dos al mismo tiempo y luego reímos de nuestra sincronización.

- ¡Ah! ¡Esto es genial! - exclamó Sam.

Se levanto del piso junto con Kara, yo me quedé todavía sentada.

- Pero, ¿Que haces allí? - me pregunta Sam confundida - ¿Por qué no entraste al departamento?.

Kara me extendió su mano para ayudar a levantarme. El deseo de tocar su excitante piel me invadió de nuevo al ver la palma de su mano extendida hacia mi. La tomé y me ayudó a estar de pie.

- Gracias - mumure. Ella solo me sonrió - Creo que me dejaste la llave equivocada, Sam Sammy - me queje intentando mirar a mi amiga y no a la perfección de mujer que estaba a mi lado

- ¿La llave equivocada? - se sorprendió

- Si - le di la llave que guardaba en el bolsillo de mi chamarra.

- Oh, perdón - soltó una risita - creo que si me confundí - busco entre los bolsillos de su abrigo un juego con tres llaves - aquí está la llave correcta - se queda en silencio por un momento - eso me recuerda que debo darle las gracias al señor Jhon por hacerme el favor de entregarte la llave.

- ¿El viejo gruñón del 177? - pregunté apuntando con mi dedo hacia dicho departamento.

- ¡Hey! No es tan gruñón....es buena onda cuando quiere - se encogió de hombros

- Y digamos que casi nunca quiere, ¿Verdad? - mencioné sarcásticamente, el viejo gruñón no se había portado del todo amable conmigo - ¿No pudiste haberme dejado la llave con alguna otra persona menos.... amargada? - Kara rió.

- ¿Dónde está lo divertido en eso? - dijo bromeando y sacándome la lengua, Sam jamás cambiaría, es bueno verla de nuevo - me imagino que estas cansada, así que agradecerme que ya tengo lista tu habitación - me regalo una sonrisa de autosuficiencia.

El manual de lo prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora