Capitulo 4

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Los golpes en la puerta me despertaron y entonces me percate de la voz de Sam proveniente del pasillo.

- ¡Bestia, levantate ya! - grito.

Me removí entre las sábanas y no hice intento alguno por abrir los ojos.

- ¡Bestia! - volvió a golpear la puerta - !Kara vendrá en cualquier momento!.

¿Kara? Abrí los ojos y ahora sí completamente despierta. Rápidamente aventé las sábanas hacia un lado y me metí a darme una ducha rápida. Tras salir de bañarme opte por ponerme de nuevo mi pijama para salir a buscar a Sam, la cual corría de un lado a otro en busca de algo.

- Creí que no te ibas a levantar nunca - farfullo

- ¿Que buscas? - pregunté tratando de evitar sus reproches

- Mi cartera - aventó un cojín del sofá en busca de dicho objeto - Puedo jurar que la deje aquí - apunto al sofá.

Mire el reloj, faltaban veinte minutos para las 8 de la mañana. ¿Cuánto tardaría Kara en llegar? ¿Por qué rayos me preguntó eso?.

- Busca en tu cuarto, Sam - dije tratando de dejar atrás mis pensamientos.

Ella me miro y salió corriendo a su habitación. Tres segundos después llamaron a la puerta.

- Len, por favor abre - me grito Sam desde su cuarto.

Camine perezosamente hasta la puerta para abrir. Lo que vi me deslumbró por completo.

- Buenos días - me sonrió y aquella fierecilla enjaulada salto de un lado a otro en su pequeña cárcel.

- Buenos días, Kara - le devolví la sonrisa - pasa - me hice a un lado para que pudiera entrar.

Me le quede mirando mientras pasaba a mi lado. Iba vestida con una chaqueta negra de cuero, jeans y blusa negra. Usaba unas gafas de sol tipo aviador que le daba un aspecto más comercial a su rostro, parecía de esas modelos que solo ves en revistas importantes.

- Bonita pijama - dijo mirando mi atuendo. Me sonroje y mordí el labio inferior totalmente apenada. Nadie excepto sam me había visto en pijama.

- Gracias - murmuré

- ¿Dónde está Sam?

- En.... - no pude terminar de hablar porque fui interrumpida

- ¡Aquí! - Sam salió corriendo de su habitación

- Hola, preciosa - la saludo Kara antes de acercarse y besarla.

Desvíe la mirada dándoles privacidad y me escabullí hasta mi habitación. Privacidad, ¿Eso quería darles? ¿O quería calmar a la fierecilla que de pronto se sintió incómoda?.

Me cambié rápidamente la pijama por el outfit que usaría este día.

- ¡Len, debo irme! - grito Sam desde algún lugar cercano a la puerta.

Salí del cuarto no sin antes tomar mi cámara fotográfica.

- Te veo más tarde, espero que se diviertan - me dijo - Las amo, a las dos - nos lanzó besos antes de desaparecer por la puerta.

- ¡Suerte! - le grite, pero ella ya ha ia cerrado la puerta.

Mire entonces a Kara quien se encontraba parada mirándome a mi.

- Creí que íbamos a desayunar en pijama - dijo divertida al notar mi cambio de ropa.

El rubor corrió de nuevo por mis mejillas, por lo que baje la cabeza.

- Es muy temprano para desayunar - conteste en voz baja, ella rió

- Entonces.... ¿Quieres que nos vayamos ya? El camino es algo largo

El manual de lo prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora