- ¿Por qué no fuiste? - pregunté. Kara se encogió de hombros
- Ya me he subido muchas veces, me gusta más estar en tierra firme - dijo
- Ya somos dos.
Nos sentamos en una de las bancas, sintiendo como el aire movía mi cabello.
- ¿De que hablaban Alex y tú? - preguntó, como quien no quiere la cosa.
Me solté a reír.
- Ya recordé que eres curiosa - respondí
- Que bueno que lo sabes, así que dime ahora - quiso sonreír
- No, no te voy a decir. Eso es entre tú hermana y yo - no sabía porque, pero la fierecilla se sentía demasiado bien provocando celos en Kara, o al menos, creyendo que lo hacía.
- Me voy a enterar, ya verás - amenazó y luego sonrió
- Ya veremos - reí
- ¿Quieres un helado? - pregunto
- ¿Intentas sobornarme con helado?
Ella rió
- ¿Puedo?
- Lo siento, no - negué con la cabeza, divertida
- Bueno, te invito de todas formas, ¿Quieres?
La mire entrecerrando los ojos.
- Sin artimañas - alzó las manos
- Está bien - acepte.
Nos paramos para dirigirnos a la pequeña heladería que estaba enfrente de donde estábamos.
- ¿De que lo quieres? - me preguntó
- Fresa.
Me sonrió y luego se dirigió hacia el chico que estaba detrás del mostrador.
- Me das dos helados de fresa, por favor - musitó con ese acento británico ferozmente irresistible
- Claro - contesto el chico y se dio la vuelta para tomar los dos conos para después depositar en ellos dos grandes bolas de helado de fresa en cada uno.
Les puso chispas de colores y una vez que terminó con ambos conos nos los entrego. Le agradecí por lo bajo mientras tomaba el mío.
Kara le pago al chico y este se dio la vuelta de nuevo para tomar el cambio.
- Ils forment un très beau couple - nos dijo el chico en francés. Estamos en Londres, ¿Por qué habla francés?
Kara rió y guardo su cambio en el bolsillo trasero de su pantalón.
- Merci - respondió Kara en un perfecto francés. Un segundo.... ¡¿Kara entendió lo que él chico le dijo?! ¿Cuántos idiomas habla?.
Cuando salimos del establecimiento me mordí el labio inferior, indecisa de preguntarle a Kara que era lo que el chico le había dicho.
- ¿Esta rico? - me preguntó Kara, con esa sonrisa burlona en su rostro
- ¿Eh? Si - conteste
- Ni siquiera lo has probado - observó y luego comenzó a reír.
Que torpe fui.
- Ah si, cierto - reí sintiéndome de verdad tonta - Oye, tres cosas. Primero, ¿Que dijo el chico cuando te devolvió el cambio? - su sonrisa burlona creció todavía más - Dos, ¿Por qué él chico habla francés si estamos en Londres? - rió - Y tres, ¿Cuántos idiomas hablas? - termine de preguntar tratando de no verme curiosa.
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El manual de lo prohibido
RandomA veces el amor llega en el momento más inesperado y de la persona menos esperada o apropiada.... a veces se encuentra en alguien totalmente prohibido.... ¿Oh no?. Esta historia no es mía, solo es una adaptación.