Capitulo 8

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- No te preocupes, Len - dijo Sam amable y luego se acercó. Kara solo me sonrió - ¿Dónde has estado todo el día, bestia? - me reí

- Matando el tiempo - dije - sin ti aquí es muy aburrido - me encogí de hombros, Sam sonrio

- ¿Te fuiste a vagar sola por las calles de Londres?

- No tuve más opciones, tampoco me iba a quedar aquí mirando televisión todo el día

- ¿Que hay en el sobre? - observó el grueso sobre amarillo que sujetaba en mi mano izquierda, en donde Nia me había entregado las fotos que había revelado.

No tenía problema alguno en hacerle saber que eran las fotografías que había tomado un día antes, el problema era que no sabía cómo explicarle porque el rostro de su novia aparecía en la mayoría.

Tampoco sabía porque tenía miedo de eso.

- B-bueno.... Nada importante, fotografías - me encogí de hombros nerviosa

- ¿De las que tomaste ayer?

- Aja

- ¡Quiero verlas! - exclamó entusiasmada.

Por instinto sujete el sobre con más fuerza en mi mano, produciendo arrugas en el papel y haciéndolo crujir, mientras que mis ojos se abrian como platos.

- Mmm.... No son tan buenas....

- ¿Cómo no van a ser buenas? ¡Eres una excelente fotógrafa! - exclamó - Anda, déjame verlas - insistió y quiso arrebatarme el sobre.

Lo lleve inmediatamente a mi espalda, resguardandolo. ¿Que m costaba darle el maldito sobre y explicarle que el rostro perfecto de su novia se había fugado en unas cuantas fotografías? ¿Que tenía de malo eso?

- Mmm.... Mañana - hizo una cara de confusión - mañana te las muestro, estoy muy, estoy muy cansada hoy - Sam hizo un puchero - Además, aún tengo que eliminar bastantes, hay muchas que no me gustan - dije torpemente

- Hay algo ahí que no quieres que vea, ¿Cierto? - me miro con un gesto acusativo.

Las manos comenzaron a sudar me y el corazón a latir más acelerado de lo normal. No sabía porque me sentía como la culpable de un delito en el momento que es interrogado y a punto de ser descubierto en su fechoría.

- Si, claro que lo hay, fotografías horrendas que no quieres ver - conteste tratando de sonar lo más sincera posible - Dame un minuto, las ordenó y te las muestro, ¿Esta bien? - musite torpemente

- Yo también quiero verlas - anuncio Kara quien en todo el rato solo había estado pendiente de la conversación entre Sam y yo.

- Mmm.... Si, denme un segundo, ya vengo - me escabullí hasta mi habitación y cerré la puerta tras de mi, sin esperar alguna palabra de ellas.

Me senté sobre la cama con las piernas cruzadas y tome el sobre amarillo entre mis manos; saque las fotografías y lo primero en lo que mis ojos se enfocaron fue en el bello rostro que adornaba aquel papel impreso. Kara era tan hermosa, a su manera. Su despampanante sonrisa, deslumbraba perfectamente.

Revise todas las fotografías una y otra vez.

- Maldición - farfulle.

De todas las fotografías que tenía en la mano, solo tres eran antiesteticas y solo otras tres eran las que no tenían el perfecto rostro de Kara adornando la imagen. El problema era que Sam había notado el grosor del sobre y llevarle solo tres fotografías resultaba ilógico cuando juntas no hacían ni medio centímetro.

Suspire y tome el resto de las fotografías para guardarlas en el cajón de mi escritorio, debajo de todo el montón de papeles que ya tenía allí. Salí de la habitación con el trio de fotos en la mano, esperando no encontrar alguna otra escena que me hiciera sentir incómoda y deseosa de cubrirme los ojos.

El manual de lo prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora