Capitulo 14

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Lo fulmine con la mirada queriendo taparle la boca en ese instante, las manos comenzaron a sudarme ante la posibilidad de quedar en evidencia.

- E-en.... M-m-mi amiga que.... D-deje en Nueva York - invente

- ¿Que clase de amiga? Cualquiera podría enamorarse de una amiga - inquirio

- Enamoramiento no, Brayni - especifique de nuevo. Kara solo se mantenía en silencio, pero atenta - Y es una amiga mm....m-muy cercana y.... - no sabía cómo seguir con mi mentira - a una amiga también le gusta, entonces....

- Tienes miedo de perder la amistad de tu amiga por haberte fijado en la misma chica que ella - completo Brayni.

- ¡Exacto!

- ¿Quién se fijo primero en la chica? - me preguntó Brayni

- Ella - musite con pesar

- Pero tú ya no estás en Nueva York, ya no importa, ¿O si? - dijo Kara quien había estado como una estatua hasta ahora

- Mmm.... - murmuré

- Igual yo creo que lo hubieras hablado con tu amiga en vez de especular tu sola las cosas y castigarte a ti misma - interrumpió Brayni - Digo, no era su novia y ella no era tu mejor amiga - se encogió de hombros.

Me solté a reír. Tanto Kara como Brayni se me quedaron mirando extraño. Si Brayni supiera a quien me refería, no hubiera dicho lo último.

- ¿Que es gracioso? - pregunto Kara

- Nada, solo que.... Nada - no se me ocurrió nada para justificarme, espero no le den importancia.

- ¡Mira, Len! - me dijo Brayni - ¿Ese lugar no te parece ideal para una fotografía? - apunto hacia un edificio que realmente estaba ubicado en una muy buena vista.

- Que buen gusto tienes, Brayni - concorde - Creo que le tomare una.

Saque con la mano libre la cámara de mi bolso y luego me quedé en silencio y sin actuar, tímida porque Brayni aún mantenía su mano atada a la mía.

- Brayni, creo que Lena necesita sus dos manos - farfullo Kara

- Oh, cierto. Disculpame - enrojeció un poco y soltó mi mano a la que inmediatamente le pego el aire gélido del medio día.

Le sonreí y apunte el lente de la cámara hacia el monumento para sacar la fotografía.

- ¿Una rosa para la dama? - dijo alguien detrás de mi.

Me gire y vi a una señora con un canasto de rosas rojas que le hablaba a Kara, mientras que Brayni estaba distraído mirando a las palomas.

Kara me miró y luego me sonrió. Entonces miro de nuevo a la señora.

- ¿Cuánto cuesta? - pregunto Kara

- Cinco libras - contesto la señora

- Deme una.

La señora le acercó la canasta para que Kara escogiera la rosa. Una vez que escogió una, le entrego un billete a la señora.

- Gracias, señorita - le dijo la señora y luego me sonrió a mi para después alejarse a ofrecer sus rosas al resto de la gente que había en la plaza.

Que lindo detalle, de seguro Kara le compro la rosa a la señora para llevársela a Sam.

- Ten - pero me la ofreció a mi. Me quedé en blanco

- ¿Q-que? - musite torpemente

- Es para ti - me respondió, como si hubiera adivinado mi pensamiento anterior.

El manual de lo prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora