Capitulo 25

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Se giró al sonido de mi voz y me miro extrañada. No era una mirada de rencor, enojo o sentimiento parecido; simplemente era extraña. Me sonrió.

- ¿Crees que es buena idea irme? - soltó y mis ojos se abrieron como platos. Oh no. Volvería a huir de nuevo, todo por culpa mía.

- ¡¿Irte?! Sam, ¿P-p- por q-que? E-e-escucha, ¡No es lo que tú piensas! - masculle, atropellando las palabras.

- ¿De que hablas? - rió, pero esa aparente diversión no llegaba a sus ojos

- Se que se veía mal, pero.... juró que no hay nada entre Kara y yo - supliqué

- ¿Qué? - volvió a reír - Lena, ¿De que hablas?

- Nos viste bailando y.... - murmuré, ahora confundida

- Fue solo un baile, Len - dijo - Eso no tiene nada de malo

- Ah.... entonces, ¿De que hablas tú? - pregunté, sintiéndome de verdad tonta

- Katie, la hija del señor McGrath quiere que la acompañe a la inauguración de una nueva sede en Cork, Irlanda. Soy su nueva socia y ambos quieren que esté ahí - explicó

- Oh - exclamé al entender - Pero, ¿Te irás? - pregunté, captando ahora su comentario anterior

- Sólo será por dos días, pero no sé aún - se encogió de hombros

- ¿Por qué no? Digo, es una buena idea

- Si, sería buena publicidad para mostrar la alianza de las dos empresas

- Entonces es genial - dije - ¿Cuando te irás?

- Mañana en la noche

- ¿Qué? ¿Tan pronto?

Se encogió de hombros una vez más.

- Es por eso por lo que no he decidido aún. Además, me cuesta dejarlas; a ti, Kara y Alex - sonreí en mi mente cuando considero a Alex

- Sólo serán dos días, Sam, pero, ¿Tú quieres ir?

- Me gustaría - asintió

- Entonces ve - le sonrió

- Tengo que comentarlo también con....

La puerta se abrió y de ella salió aquella joven danzante que me tenía en sus brazos hace unos instantes.

- .... Kara - termino Sam

- Sam, aquí estás - dijo y luego me miro; como si a la que buscase hubiese sido a mi ya que sus palabras habían sonado huecas.

- Que bueno que apareces, Kara - dijo ella - Tengo algo que decirte

- ¿Sobre que? - pregunto Kara

- Haré un viaje de dos días a Cork con mis socios por la inauguración de su nueva sede - anuncio

- ¿Cuando te vas? - aquella pregunta no parecía del todo tierna

- Mañana por la noche

- Oh, bien.

Guarde silencio, no sabía si era mi imaginación o la conversación entre ellas carecía de calor. Era una plática fría, como si ambas estuvieran molestas la una con la otra y nadie se pusiera a considerar los hechos.

Me percaté también de que Sam no lo discutió con Kara, sino que ya había tomado la decisión y solo se la hizo saber.

- Chicas, vamos adentro. Aquí hace frío - musité dándole un doble sentido a mis palabras

- Claro - dijo Sam.

Entramos de nuevo y al instante ella tomó la mano de Kara, cosas que hizo que la fierecilla, hasta ahora desaparecida, diera señales de vida. Pero está vez ya no parecía celosa, aunque si lo estaba, pero se encontraba más triste que enojada. Yo tenía que entender que ella le pertenecía a Sam y nada iba a cambiar aquello.

El manual de lo prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora