Capitulo 15

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- Brayni es un gran chico, sin duda, pero....

- Tú le gustas - me interrumpió

- No creo gustarle más que Nia. Y la respuesta es que.... Quizá me agrade un poco, pero prefiero ser solo su amiga

- Eres sincera - esbozo una delicada sonrisa - Por cierto, quiero conocer a esa, Nia. Me hablas de ella y no se siquiera quien es.

Me reí.

- Es la chica del laboratorio de fotografía de los Nal. Un día te llevaré

- ¿Prometido?

- Prometido - reí - siguiente pregunta

- ¿Que te contó Alex el otro día?

- ¡Tramposa! - negué con la cabeza riendo - No te voy a decir, no seas curiosa, Danvers.

Me miro y enarco una ceja.

- Perdón, Kara.

Sonrió.

- Y no te diré

- ¿Tiene algo que ver conmigo?

- Mmm.... Contigo, conmigo, con Brayni, con todo el mundo - divague - Última pregunta

- ¿Ya es la última?

- Así es, curiosa

- Está bien. Bueno, tú conoces a Sam mejor que nadie y me conoces bastante también a mí, ¿Cierto? - asentí - Bien, ¿Crees realmente que Sam y yo....? No ya se, ¿Crees que Sam es lo mejor para mí y yo para ella?

Abrí los ojos de par en par, ¿Que? ¿Ahora dudaba? ¿Y me pregunta a mi?

- B-bueno, mira - balbucee - No se trata de que opine o lo que la gente diga. Ya sabes lo que dicen: ustedes son la pareja perfecta. Pero te repito, los comentarios de la gente no importan, lo que verdaderamente importa es lo que tú y ella sienten. Si la amas y ella a ti, ¿Que importa lo demás?

Tenía la mirada baja al igual que la cabeza ligeramente inclinada hacia abajo.

- Gracias - musitó

- Cuando quieras, Kara.

Levantó la mirada de pronto e hizo que me corriera hacia atrás por el repentino movimiento.

- Tengo que irme, disculpame con Sam, ¿Si? - se levantó del sofá y camino hasta la puerta

- ¿Por qué te vas? - pregunté desorientada, aún sentada en el sillón

- Las preguntas se acabaron - sonrió - Hasta mañana, Len - y así salió por la puerta.

Dejo la habitación vacía y a mi en ella. Cuando lo capte, pude distinguir también un fiero deseo de mantener su presencia aún allí, conmigo.

Gire sobre mi asiento y mire la rosa sobre la mesa. Suspire. Salí disparada a mi habitación y rebusque en el cajón inferior de mi buro aquellas fotos con el rostro de Kara. Me quedé sentada en el suelo de la habitación mirando las fotografías que tenía en las manos. ¿Que era eso que sentía en mi estómago? ¿Por qué el corazón se me aceleraba cuando no debía? ¿Por qué.... Sentía que Kara me gustaba? Era sumamente guapa y sensacional, no había duda de eso, pero.... ¿En serio me gustaba?

Estar a su lado era como no querer que el tiempo avanzará, querer detener las manecillas del reloj y mandarlas en sentido contrario. Su mirada angelical de miel era como la fábrica de luces de navidad. Me hace sentir bonita con el beso en la mejilla, la sonrisa que miraba en su rostro me llena de algo que es inexplicable. Ella de alguna forma me hace recordar lo que es sentir, saber que existo, que puedo volver a sentir cosas que hace mucho no lo hacía.... O que jamás había sentido.

El manual de lo prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora