El sueño abrumador me despertó, una pesadilla, que me perló la mayor parte de la cara de un sudor frío y que me obligó a abrir los ojos casi tan precipitadamente como me pare. Esa noche tuve una pesadilla donde recordaba el horrible accidente que mi familia había tenido. Mire el reloj, aún con los nervios de punta, eran las siete con cuarenta y dos minutos. Suspire antes de levantarme de la cama, había dormido con la misma ropa con la que había llegado, así que opte por darme una ducha rápido.
Tras vestirme decidí ir a la cocina, Sam aún no se despertaba por lo que tenía tiempo de prepararle el desayuno. Prepare unos waffles y freí un poco de tocino mientras la cafetera hacia su trabajo. Sam vivirá en Londres, pero sigue siendo estadounidense.
- Mmm, ¿Que es eso que huele tan delicioso? - escuché a Sam decir mientras salía de su habitación directo a la cocina, venía sonriendo.
- Quise prepararte el desayuno - se sentó en una de las sillas altas que había en su barra de cocina y le coloque un plato ya servido frente a ella
- Aww - exclamó - es maravilloso tenerte aquí.
Ambas sonreímos para después proceder a comer todo el desayuno.
- ¿Que planes tienes para hoy? - me preguntó.
- Creí que tú ibas a hacer mi agenda de este día - respondí confundida.
La grande sonrisa de Sam se extendió mucho por su rostro.
- Solo quise asegurarme de que no lo hayas olvidado - rió de nuevo - Te llevaré por las mejores tiendas de ropa, necesitas cambiar tu estilo neoyorkino por uno británico - la emoción salto a sus ojos.
- Genial - musite.
Ropa. No era una adicta de la moda o algo por el estilo, por lo tanto, nunca me emocionaba ir de tienda en tienda hasta encontrar el atuendo perfecto. Sam tampoco era muy fan, aunque le encantaba reinventarse y tenia un excelente gusto en ropa.
Hacia frío, un gelido aire vagabundeaba por la atmósfera de Londres mientras que mi mejor amiga y yo caminabamos por sus calles.
- ¿Cómo paso lo de Jack? - me dijo y la mire extrañada - quiero decir, que nunca supe cómo lo olvidaste.
- Oh, bueno.... simplemente decidí superarlo y con el tiempo eso hice - me encogí de hombros restándole importancia al mirar a través de la vitrina de una tienda un hermoso blazer café. El reflejo de Sam se dibujo a mi lado en el vidrio y una repentina curiosidad vino a mi como una ola del mar.
- Dime, Sam.... ¿Cómo conociste a Kara? - pregunté sin mirar el rostro de ella y fingiendo que observaba detenidamente el bello blazer del aparador. Mentiría si dijera que no estaba nerviosa, algo definitivamente raro.
- En un café, un día lluvioso - suspiro como si de pronto volviera a ver el recuerdo nítido en su mente y se perdiera en el, entonces la mire - Se acercó y entonces hablamos un poco, ¡Ella es tan graciosa! - volvió a supirar - Me contó que era de Rusia, pero que muy joven se mudó a Ohio donde vivió antes de venir a Londres por lo mismo que yo, olvidar amores del pasado - se queda pensando - Aunque hasta la fecha no me a dicho que fue lo que le pasó.... - se perdió, pero luego volvió a retomar el curso animoso - Luego de reírnos un rato, me pidio mi número y en la noche del mismo día me llamo - soltó otro suspiro de enamorada.
- Suena como un cuento.... - sonreí
- Me siento como en uno - también sonrió - ¡Dios! ¡Estoy tan feliz! - me abrazo completamente emocionada, cosa que siempre hacia cuando estaba así.
- ¿Cuántos años tiene? - pregunté mientras nos separamos del abrazo
- Veintiséis.
- No hay mucha diferencia, tú tienes veintitrés - respondí aliviada
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El manual de lo prohibido
RandomA veces el amor llega en el momento más inesperado y de la persona menos esperada o apropiada.... a veces se encuentra en alguien totalmente prohibido.... ¿Oh no?. Esta historia no es mía, solo es una adaptación.