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4302 Palabras. 

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Tras haber dormido como nunca desde que llego al Velo, Reia se habia sentado felizmente en el jardín mientras desayunaba. Rodeada por el exuberante verdor de diversas plantas, respiro hondo, oliendo las hierbas más fuertes, como la menta y el eneldo, que flotaban a su alrededor.

Sorprendentemente, Orfeo no se quedo a vigilar la zona para asegurarse de que estaba a salvo.

El día era fresco, común viento que soplaba más fuerte de lo normal, y las nubes se movían con rapidez, proyectando sombras sobre la zona.

A pesar de lo mucho que le gustaba el jardín, el corazón le daba un vuelco al ver lo destrozado que estaba. Esos estúpidos Demonios hicieron un gran trabajo fantástico arruinándolo.

Muchos de ellos seguían caminando por el círculo de sal mientras trataban inútilmente de asustarla cuando ella se sentía perfectamente segura en su interior, sobre todo con el amuleto de nuevo enganchado en el pelo.

Muchas de las plantas habian sido pateadas y arrancadas del suelo, y su delicioso arbusto de frambuesas estaba hecho un desastre. El madroño no estaba mucho mejor, pero ya habia recogido la mayor parte antes de eso.

En realidad no es mucha comida. Sin carne, Reia estaba complementado su dieta con el uso de la fruta y la verdura, y las estaba consumiendo rápidamente.

Sólo cuando ella estaba terminando su desayuno, Orfeo entro en el jardín. Estaba ocultando algo a sus espaldas, pero ella sabía que él le mostraba lo que era si quería.

―Me preguntaba. ―Dijo ella cuando él se acercó, caminando entre los arbustos por el sendero de tierra que atravesaba el centro del jardín. ―¿Estaría dispuesto a cazar por mí?

Se detuvo a mitad de camino cuando ya casi estaba junto a ella. ―¿Quieres... que cace por ti?

Se dio cuanta de que estaba preocupado, sobre todo cuando sus orbes se volvieron azules.

―Me voy a quedar sin comida si solo me como de este jardín. Si tengo algo de carne, podre guardar un poco y, con suerte, crecerá más antes de que la necesite.

Comenzó a acercarse de nuevo, más vacilante que antes. Cuando estuvo frente a ella, se revolvió en su asiento. Tuvo que inclinar el cuello hacia él, que se alzaba sobre ella. Parecía mucho más corpulento que de costumbre cuando ella no estaba de pie.

Pareciendo percibir su incomodidad, se agacho sobre una rodilla, pero de una forma casi envolvente.

―¿De verdad quieres que me vaya solo por ese motivo?

La culpa le estrujo el corazón. ―Sí.

Era la verdad, pero su pregunta la hirió profundamente después de lo que habia hecho; correr por el Velo para huir de la casa y quedar atrapada en una terrorífica tela de araña. Reia sabía lo que le habría pasado si él no hubiese llegado a tiempo, pero no podía evitar preguntarse que habría sido de Orfeo.

¿Se habría puesto triste? ¿La habría echado de menos si hubiese muerto? ¿Cuántos humanos habian hecho exactamente lo mismo que ella y él no habia podido salvarlos a tiempo?

Orfeo levantó una mano lentamente para tocarle la mejilla con el pulgar y las yemas de los dedos, asegurándose de que sus garras no le pinchaban la piel. Cuando vio que ella las aceptaba, le acaricio un lado de la cara, y la aspereza que le produjo su tacto y calidez la tranquilizaron por completo.

―No quiero que me dejes, Reia. ―Sus ojos casi se aguaron al instante ante la sinceridad y el profundo pozo de soledad y tristeza que pudo escuchar en ella. ―Eres preciosa. ―El pulgar y la punta de la garra le acariciaron ligeramente la mejilla, cerca del pliegue de la nariz. ―Y tu personalidad es brillante. He echado de menos a muchos de los humanos que se han ido, pero tú me gustas más que cualquier otro le haya venido aquí. Aunque salgas a salvo del Velo, te habrás ido.

𝐀 𝐒𝐎𝐔𝐋 𝐓𝐎 𝐊𝐄𝐄𝐏 (Traducción al español) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora