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2272 palabras. 

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Orfeo se despertó sobresaltado. Su visión se aclaro y pudo ser mientras yacía tumbado boca abajo.

¿Dónde estoy? Miro a su alrededor e inmediatamente supo que estaba en su cuarto de dormir ante un paisaje familiar. ¿Qué ha pasado? Dudaba que tuviera la respuesta solo con pensarlo.

El blanco entró en su visión mientras sus músculos se tensaban.

¿Dónde está Reia?

No sabía como habia llegado aquí, ni por que estaba dormido. Lo único que sabía era que se habia escapado antes. ¿Se fue mientras dormía?

Algo se agito bajo su brazo a un lado, evitando que se pusiera en pie de un salto para encontrarla. Levantó el brazo para mirar debajo de este, al mismo tiempo que el bulto se contoneaba y se giraban sobre su espalda cuando le dio espacio.

―¿Reia? ―Pregunto con el amarillo entrando en su visión mientras la confusión le invadía.

Pudo ver que ella sostenía una espada con ambas manos sobre la cama, frente a ella. Habia estado descansando con él, debajo de él y del conjunto de pieles, mientras él estaba encima de ellas. No entendía por qué.

―Por fin te has despertado. ―Dijo suavemente, con la voz entrecortada y quebrada. ―Llevas dos días dormido.

¿Tanto tiempo? Pero eso aún no respondía a las muchas otras preguntas que él tenia.

―¿Por qué...? ―Empezó él, inseguro de hacer la pregunta que tenia por eso hacía que ella se marchara. Ella se sentía tan cálida, tan suave a su lado. ―¿Por qué estás acostada conmigo?

Ella lo miraba mientras él se inclinaba sobre su mano al otro lado de ella, apoyándose lo suficiente para dejarle espacio. Casi quería volver a tumbarse para que ella no pudiera escapar.

―Los demonios han estado arañando las paredes en intentado entrar. ―Le dijo ella. Se dio cuenta de que estaba pálida, tenia manchas oscuras bajo los ojos y su pelo, habitualmente brillante, era un nido de nudos. ―Me olían. Pensé que ayudaría si me tumbaba debajo de ti para ocultar mi aroma, como cuando me trajiste aquí bajo tu capa. ―Luego sus ojos parpadearon por la habitación, casi como si no pudiera mirarlo. ―Y me sentí más segura a tu lado.

¿Se siente segura conmigo? Sus palabras sacaron a la luz los golpeteos que oía en su ventana. Las cortinas que normalmente se dejaba abiertas, estaban cerradas y él sabía que ella debía haberlas cerrado para no tener que mirar a los Demonios que se arrastraban por el exterior de la casa.

Podía oír y oler a muchos, pera estaban dispersos en lugar de encontrarse en su habitación. Ella habia tenido razón. Habia ocultado lo peor de su olor usando su cuerpo como escudo.

―¿Cómo llegué aquí? ―Lo último que recordaba era haberse desplomado al otro lado del círculo de sal.

―Yo te traje aquí. ―Ella soltó la espada y se volvió hacia él. ―Y eres jodidamente pesado, por cierto. Me ha costado una eternidad.

Orfeo se rio, sabiendo que ella tenia toda la razón. Era una pequeña mujer humana. Debió de arrastrarlo por el suelo, ya que dudaba que hubiese podido cargar con él. El hecho de que lo hubiese hecho era asombroso.

Sus caóticas emociones y su mente se calmaron después de haber dormido tanto tiempo, pero eso no impidió que se decepcionara de que ella hubiese huido. Había perdido la esperanza. Sin embargo, el hecho de ella estuviera tumbada a su lado, contra él, diciendo que se sentía segura con él, le produjo cierta alegría y consuelo.

𝐀 𝐒𝐎𝐔𝐋 𝐓𝐎 𝐊𝐄𝐄𝐏 (Traducción al español) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora