Todo el cuerpo me dolía más que esa vez cuando participé en un maratón de beneficencia. Podría pasar todo el día acostado, pero tenía trabajo que hacer y no podía darme el lujo de faltar. El sol se colaba por las cortinas y algunos rayos impactaban en mi rostro y otros más en mi vientre en donde ya no quedaba ningún residuo de los sucesos de anoche, pero que aún seguían frescos en mi mente y probablemente se quedarían ahí mucho tiempo.
Después de hacerlo dos veces más y terminar sudorosos y pegajosos, Mew me llevó hasta la bañera en donde prometimos solo tomar un relajante baño. O así era hasta que empecé a frotar su cuerpo con la esponja y nos dejamos llevar por el deseo. Al terminar nuestra ducha, con final feliz, cambiamos las sabanas para poder dormir lo que quedaba de la noche.
El brazo de Mew rodeaba mi cintura y me pegaba a su cuerpo como un imán que atrae al metal. Desde que lo conocí me he preguntado si es friolento o porque siempre su piel parece un bloque de hielo. Sus labios empezaron a besar mi cuello y el contraste entre su tacto helado y mi piel caliente me estremeció.
—Me tengo que levantar —le dije para que me soltara.
—¿De verdad quieres dejar la cama?
No, no quería hacerlo, pero necesitaba ir al trabajo. Hoy llegaban los suministros del café y necesitamos descargar dos camiones antes del almuerzo. Así que, muy a mi pesar, retiré el brazo de Mew y sentí la falta de su tacto, quería quedarme con él todo el día si fuera posible, pero no puedo. Al menos no hoy.
[...]
Eran pasadas las tres de la tarde y por fin había acomodado la última caja de granos de café. El dolor me estaba matando, pero no estaba seguro si se debía a todas las cajas que descargué, o si era por la increíble noche que pasé. Si era por lo segundo, no me arrepiento. Lo volvería a hacer.
La imagen de Mew besando mi abdomen esta mañana se hizo presente y por un momento deseé que él estuviera aquí. Su sola presencia me da una recarga de energía y al sentir sus labios contra los míos mi cuerpo se siente capaz de hacer lo que sea. Ese es el poder que tiene sobre mí. Es capaz de darme vida con su tacto y quitármela con solo chasquear los dedos.
En este punto mi vida le pertenece por completo, al igual que mi alma y mi cuerpo y si él aun no es consciente de lo que me provoca, tendremos un problema.
La tarde transcurre normal. Ya casi es hora de cerrar, aún hay algunos clientes en las mesas, pero en menos de diez minutos tendrán que irse, a menos que quieran quedarse a dormir en el piso. La campanilla de la puerta suena cuando estoy haciendo el corte y levanto la cabeza para decirle al desafortunado cliente que ya no puedo tomar su orden, pero las palabras se quedan atascadas en mi garganta para ser reemplazadas con una estúpida sonrisa que se ensancha al verlo a él.
—Buenas noches, distinguido caballero, ¿En qué puedo ayudarlo?
—Quisiera ordenar a mi novio, para llevar por favor.
Ambos reímos y la calidez de su mirada me cubrió como una manta y todo rastro de dolor se esfumó. Solo pensaba en él y en lo mucho que lo había extrañado.
—¿Desea agregar algo más a su orden?
—Añada una orden de besos y una ducha caliente, por favor.
—Con mucho gusto, su total sería de tres besos y ocho horas de sueño juntos.
—Lamento informarle que solo podré darle cuatro horas de sueño, las demás las usaré para algo más —se acercó a mi oído y susurró con voz ronca —apresúrate, te ves lindo con el uniforme, pero te verás mejor en diez minutos cuando te tenga en la cama sin el.
Como si mi vida dependiera de ello, salí lo más rápido que pude y lo besé, sus labios recorrieron mi mandíbula y tiraron de mi oreja, me pegué a su cuerpo y sentí que él me deseaba tanto como yo.
[...]
Cuarenta y cinco minutos después estoy con el rostro pegado a la almohada que aún tiene su olor mientras él me penetra y yo tiemblo de placer bajo su cuerpo. Puedo escuchar su respiración entrecortada y el sudor de mi cuerpo se combina con los residuos de su clímax.
—Nunca me cansaré de ti. Nunca tendré suficiente de ti.
—La noche aún no ha terminado.
Uní mis labios con los suyos en un acalorado beso y llevé mi mano hasta su miembro aun sensible, acaricié la punta con mis dedos y lo estimulé hasta que lo sentí vibrar ante mi tacto, detuve mis movimientos y su cara de confusión fue la cereza del pastel. Él se quería correr, pero esta noche no quería que se desperdiciara, así que bajé mi rostro y lo rodeé con mi boca para continuar torturándolo con mi lengua, se estremeció y gritó mi nombre mientras se liberaba en mi garganta.
—Vas a matarme.
—No, querido, voy a follarte.
Una sonrisa lujuriosa iluminó su rostro y perdí la noción del tiempo, solo recuerdo haber tenido una de las mejores noches de mi vida.
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Yo siempre vuelvo.
Feliz cumpleaños cnat09, te amo mucho💗.
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Blood
FanfictionMew es un vampiro que vive con su familia y constantemente se cambian de hogar para no levantar sospechas sobre su condición. Es en una de esas mudanzas donde conocen a Gulf, un simple mortal que se lleva bien con sus vecinos y siempre busca la form...