El mundo de los vampiros tiene un origen muy antiguo. Para conocerlo, debes saber es que existen dos clases de vampiros diferentes: Los vampiros sanguinarios y los vampiros psíquicos. Los primeros se alimentan abiertamente de sangre humana. Son los vampiros modernos, de la literatura y el cine.
Los psíquicos son los que predominaban en la antigüedad. El vampiro te roba el alma, sientes que pierdes la vida, que toda tu esencia es absorbida desde algún lugar lejano y cercano a la vez. Como sí te quedaras sin sangre, y los demás ven cómo te mueres sin poder hacer nada por evitarlo. Estos vampiros prefieren a los niños pequeños, incapaces de resistirse a sus poderes.
La primera referencia en la historia de lo que podría ser un vampiro se da en la antigua Mesopotamia de hace cinco mil años, donde medraba Lilitu, demonio nocturno que secuestraba y devoraba bebés. Lilitu fue convertido en Lilit o Lilith por los judíos que vivieron en Babilonia.
Según el folclore judío, Lilit era la primera esposa de Adán, hermosa y terrible a la vez, mencionada una sola vez en la Biblia junto a los gatos salvajes, y desaparecida en el exterminio mitológico de la Baja Edad Media.
Los judíos todavía colocan un collar a los niños recién nacidos para protegerlos de los invisibles lilim que medran en la oscuridad, de los que nacieron un centenar cuando aquella Lilit de Adán yació con el demonio Samael. Son los lilu de los acadios y los súcubos cristianos que secuestran a los niños para satisfacer sus deseos.
Los vampiros psíquicos quedaron extintos hace miles de años, o eso es lo que piensan, porque aún quedan tres especímenes conocidos como Los Bianchi. Tres hermanos; Carlo, Dante y Fabrizio. Vampiros que pasan desapercibidos entre los mortales que habitan en Volterra, poseen la capacidad de mezclarse perfectamente, todo esto con un único objetivo; chupar sangre.
En el mundo de los vampiros hay una monarquía, un grupo que está en lo más alto del poder. Ellos protegen el secreto de los vampiros, rigen las leyes y mantienen el orden. Carlo controla los sentidos, Dante tiene el poder de manipular los objetos con la mente y, por último, Fabrizio puede saber con facilidad cuando alguien le miente.
Estas criaturas mitológicas viven en el castillo donde se celebra la reunión anual, pero además de ser su hogar, es considerado un centro turístico. Las paredes del salón principal, donde está prohibida la entrada a los humanos, están tapizadas con todas las leyes vampíricas que ningún individuo debe olvidar, pero su ley más importante siempre será: ningún humano debe conocer el secreto, aquel que lo haga; morirá.
Cada crimen es juzgado verazmente por el consejo vampírico, conformado por Los Bianchi y la guardia. Sin importar el día, la hora o el lugar; la verdad siempre se sabrá, porque, muy extrañamente, el consejo parece tener ojos sobre todos. Siempre hay pruebas, siempre hay testigos y siempre hay un castigo. Por eso tienen el respeto que tienen y es por esto que su lema hace temblar a quienes infringen las normas.
—Senza pietà, fratelli miei.
[...]
Los días pasaron rápido, el trabajo de Gulf siguió con normalidad, y en la casa de los Jongcheveevat todo fue recobrando los colores fríos que los caracterizan. Todos los vecinos de la colonia siempre se reúnen en la casa de los Traipipattanapong para recordar la memoria de sus padres, y hoy era ese día.
Una señora pelirroja camina en dirección a la casa de los Jongcheveevat, toca ligeramente la puerta y, en cuestión de segundos, una de las rubias aparece frente a ella, la cual, con una falsa sonrisa, pregunta amablemente:
—¿En qué la puedo ayudar, señora Rotter?
—Buenos días linda, vengo a invitar a tu familia para la reunión en casa de Gulf, es un tipo de tradición que hemos adquirido.
—¿Puedo saber el motivo de la reunión?
—Es en conmemoración de sus padres, ellos murieron hace diecisiete años y eran buenos amigos de todos.
—Qué pena me da escuchar eso, pero mi familia y yo tenemos una reunión hoy, así que no será posible que asistamos.
—Pero son los recién llegados, es una buena oportunidad para convivir con nosotros.
—Le repito que es una salida que ya teníamos prevista.
—Qué más da. —la señora Rotter se dio la vuelta y caminó disgustada.
Rose cerró la puerta y volvió a hablar.
—Escuchar conversaciones ajenas es de mala educación.
—Mis sentidos me permiten escucharlo, aunque no quiera.
—Y mi sexto sentido me dice que estás mintiendo.
—Sabes que yo no miento.
—No mientes, pero dices verdades a medias. Ya admite que te interesa el vecino de enfrente.
—Estupideces.
—No te culpo, tiene un cuello para morirse, y sus labios rojos y carnosos me tientan demasiado.
—No te atrevas a tocarlo.
—¿Por qué?
—Porque nos pueden descubrir.
—O porque no quieres que toque a tu presa. Si supiera que es solo por su deliciosa sangre, te creería, pero estoy segura que no es así.
—¿Algún día dejas de decir sandeces?
—Cuando muera, pero ¿adivina qué?, soy inmortal.
Después de eso, la rubia menor subió las escaleras hacia su habitación, y dejó a su querido hermano con mil cosas en la cabeza. El castaño sabía que su pequeño interés por Gulf podría pasar desapercibido ante cualquier persona, menos con su hermana.
Rose siempre sabía lo que Mew quería, incluso cuando ni siquiera él lo supiera. Era como otro súper poder, o una maldición. El vampiro de, poco más, doscientos años se quedó analizando la última conversación con su hermana y la charla con la señora Rotter. Las coincidencias existen, pero precisamente hoy que es la reunión anual con Los Bianchi, es la ceremonia conmemorativa en casa de los Traipipattanapong, y desde que llegó siente que conoce a Gulf, ¿no es extraño?
Si algo caracterizaba a los vampiros, además de su piel y sed por la sangre, es que tienen una memoria increíble. No hay fecha, día, nombre o palabra que puedan olvidar, ni siquiera en su lecho de muerte, y Mew sabía perfectamente que hoy, hace diecisiete años, también sucedió aquella noche tan trágica que le provocó su cambio de color en los ojos.
[...]
Capítulo editado.
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Blood
FanficMew es un vampiro que vive con su familia y constantemente se cambian de hogar para no levantar sospechas sobre su condición. Es en una de esas mudanzas donde conocen a Gulf, un simple mortal que se lleva bien con sus vecinos y siempre busca la form...