Capitulo 24 Sin invitacion

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El sonido roncó de su voz detuvo lo que era un golpe directo en mi mejilla, no la reconocí en un principio. Pero la expresión molesta de Susie me hizo suponer que no era su padre o el mio, tampoco Elena pues conocía su voz.


—¿Qué hacen aquí?


Susie se apartó de mi caminó y al darme vuelta vi a Dalia, sinceramente no la conocía nada pero mi padre comentaba que era una buena mujer. Susie ni siquiera se dio el tiempo de hablarle y salió molesta de la habitación, Dalia no parecía impresionada con su actitud y pude ver como la seguía en silencio con la mirada.

Luego de ello me miró a mí, el silencio se prolongó mientras estaba algo nerviosa. No era lo que ocurría, pero al parecer me estaba enterando de cosas que no debía.


—¿Tú eres? ¿La hija de Alejandro? — Dalia estaba en lo correcto pero de todos modos me incomodaba escucharlo, tenía razones de peso para ello.


—Si...— miré a mi alrededor recordando la escena en que Elena se besaba con ese actor y me di cuenta que no debía estar ahí. Mire a Dalia con un gesto de incomodidad. — Yo venía siguiendo a Susie, tenía que hablar con ella.


—¿ Y ella qué estaba haciendo?


Dalía parecía demasiado seria e intimidante y eso me causo más temor de estar entrometiendome en algo de lo que no podría salir.


— Supongo que iba a interrumpir lo que está pasando en la otra habitación.


El silencio siguió a mis palabras aunque esta vez Dalia miró hacia el pasillo con el ceño fruncido y no solo eso, aunque no la conocía podría asegurar que con preocupación.


— ¿Qué era lo que iba a interrumpir? —Dalia no parecía enojada, pero me dirigió una mirada fulminante. No me interesaba hablar de lo que había visto con nadie, si Elena tenía a alguien era tema suyo y de nadie más. — ¿Elena es tu amiga?


Podíamos hablarnos en código toda la noche sin decir nada, me quedaba claro que Dalia estaba preocupada de mi lealtad. Y no es que diera la vida por Elena, quizás mi aprecio por ella era mucho más alto del que tendría yo a sus ojos. Pero estaría en contra de Oliver, Susie y mi padre.


—Así la considero yo —mis palabras no parecían convencerla demasiado y dudaba que la calmara. De todos modos caminé a la puerta y me detuve a su lado mirando como las luces rozaban el techo. — Dalia, no me recuerdes que ese tipo es mi padre y no confíes en él.


No necesitaba decir más que eso, era una advertencia que esperaba que ella pudiera tomar y transmitir. No me detuvo, tampoco quería hacer otra cosa más que bajar las escaleras y largarme de una vez. Susie me arruinaba el humor tanto como su padre o el mio, al estar abajo quise salir de una vez pero algo me detuvo.


—Desireé ¿a donde vas? ¿pasa algo?— supe que era John antes de que las luces perfilaron su rostro mientras miraba hacía mí, probablemente las luces no estaban interesadas en él como lo estaba yo. — ¿Has visto a Elena?


¿De verdad él no entendía que no era correspondido? ¿O quería vivir en ese engaño para siempre? Podría incitarlo a subir y que comprobara con sus propios ojos las pocas posibilidades que tenía.


— No, no la he visto — John me soltó haciendo el amago de subir la escalera y agarré su muñeca con fuerza para detenerlo. —Pero sabes, pensaba buscarla en el patio ¿Vamos?


Pero no lo dejaría subir a despedazar ese corazon idiota que tenía, ademas de eso, la situacion estaba rodeada por una neblina de peligro. John no necesitaba ser parte de eso y tampoco sabría manejarlo.

Cierre vision Desireé

El  pianista de las tijeras (Fanfic, Joven manos de tijeras)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora