Capitulo 13 La casa de humo

214 13 3
                                    


—Elena, ¿escuchaste lo que acaban de decir?


Hoy era el día, Dalia me había indicado el lugar. Pero intentaría esperar cerca de la entrada al museo para seguir a Edward, me había conseguido una peluca en una tienda. Mis padres no me dejarían salir tan tarde, pero tenía un plan para escapar. Siempre se dormían temprano y sobre todo ahora que mi madre dormía mucho más por el embarazo.

Por eso las palabras de John me asustaron y volví a la realidad, todos hablaban con sumo entusiasmo en el salón.


—No, ¿Qué cosa?


—Llevas todo el día perdida en tus pensamientos ¿Sucede algo malo?


John estaba genuinamente preocupado, si supiera la verdad se sentiría aún peor. Negué de inmediato haciendo a un lado mis pensamientos y brindándole una sonrisa.


—No, no pasa nada.


—¿Segura?


—Si, tranquilo.—le asegure colocando mi mano sobre la suya un momento, luego la quite cambiando el tema. —¿Qué celebran todos?


—Nos iremos de viaje, por una semana o un poco más. ¿Vas a ir?—me sorprendí y asentí de inmediato con entusiasmo. Luego recordé a Edward y dudé un poco.


Pero no había más que explicar, hablamos de ello durante la tarde y luego me fui a casa mientras las horas pasaban. El momento se acercaba rápidamente y estaba nerviosa. Se hizo de noche y mis padres se acostaron a dormir, a eso de las once salí a hurtadillas de mi casa con el alma en un hilo.

Mi peluca corta de cabello negro me provocaba escozor, llevaba una chaqueta negra larga y un pequeño bolso vacío. Salí corriendo rápidamente por la calle, o esa fue mi intención hasta que el sonido metálico me desconcentró. Desde un callejón se interpuso una alta figura que reconocí de inmediato.


—¿Edward?


—Sabia que Dalia iba a decírtelo, pero quise creer que no sería tan idiota. —soltó Edward antes de siquiera saludarme, estaba molesto. Por un momento me intimide. —No vas a ir conmigo.


—¿No?—pregunté con algo de miedo, luego mire sus manos y me sonreí.—¿Cómo lo vas a evitar? No puedes prohibírmelo, te puedo seguir.


—No Elena, no vas a ir.


—Insisto, ¿Cómo me vas a detenerme con tus manos?—Edward abrió los labios dispuesto a responder, pero se detuvo con un gesto de molestia. —No puedes, me harías daño.


—Eso es bajo de tu parte.


—Lo sé, lo lamento. Pero es lo único que puedo hacer. —lo había atrapado, era ruin de mi parte. Me miró en silencio un momento y luego miró hacia mi casa.


—Despertaré a tus padres.


—¿Y?¿Les dirás "hola, soy el interés romántico de su hija y me quiere seguir a un antro de mala muerte."? ¿Te vas a exponer así?

El  pianista de las tijeras (Fanfic, Joven manos de tijeras)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora