Capítulo 11: Un Giro de Emociones

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Claudia salió lentamente de la habitación, su mente trabajando frenéticamente para encontrar una solución. Sabía que necesitaba ayuda, pero no estaba segura de cómo conseguirla sin empeorar la situación. Al llegar al salón, ambas se sentaron en el sofá, visiblemente tensas. Claudia respiró hondo, buscando las palabras correctas.

Xochitl," comenzó Claudia con voz temblorosa pero firme, "hemos llegado a un punto donde las cosas no pueden seguir así. Esto... esto no es sano para ninguna de las dos."

Xochitl la miró fijamente, sus ojos llenos de una mezcla de miedo y tristeza. "¿Qué estás diciendo, Claudia? ¿Quieres dejarme? ¿Después de todo lo que hemos pasado juntas?"

No es eso," replicó Claudia, tratando de mantener la calma. "No quiero dejarte, pero tampoco puedo seguir viviendo así. Nos estamos haciendo daño, Xochitl. Necesitamos ayuda."

Xochitl se levantó bruscamente del sofá, caminando nerviosa de un lado a otro. "¿Ayuda? ¿Qué tipo de ayuda? ¿Crees que estoy loca? ¿Eso es lo que piensas de mí?"

Claudia negó con la cabeza, sintiendo que la situación se escapaba de su control. "No, no pienso eso. Solo creo que necesitamos a alguien que nos guíe. Un terapeuta podría ayudarnos a entendernos mejor, a comunicarnos de manera más sana."

Xochitl se detuvo en seco, sus ojos llenos de lágrimas. "¿Un terapeuta? ¿Crees que podemos resolver esto con alguien que no entiende lo que sentimos? Nadie entiende nuestro amor, Claudia. Nadie."

Claudia sintió la frustración burbujeando en su interior. "Xochitl, esto no es amor. Esto es una obsesión. No puedo vivir bajo tu control constante. Necesito espacio, libertad para ser yo misma."

"¿Obsesión? ¿Así es como lo llamas?" gritó Xochitl, su voz temblando de furia y dolor. "¡Todo lo que hago es por nosotras! Para protegernos, para mantenernos juntas. ¿Y ahora me dices que soy yo la que está equivocada?"

Sí, Xochitl," dijo Claudia, su voz firme aunque temblorosa. "Estás equivocada. Nos estás destruyendo con tu obsesión. Necesitamos ayuda. Necesitamos cambiar."

"¿Y qué pasa si no quiero cambiar? ¿Qué pasa si no puedo vivir sin ti de esta manera? ¿Qué harás entonces, Claudia? ¿Me dejarás?" Xochitl se dejó caer en el sofá, sus lágrimas fluyendo libremente.

Si realmente me amas, Xochitl, harás esto por nosotras. Buscarás ayuda, entenderás que esto no es sano. No puedo seguir viviendo así."

La desesperación en el rostro de Xochitl se transformó en furia. "¿Y tú? ¿Qué has hecho tú por nosotras? ¡Te he dado todo! ¡He sacrificado todo por ti!"

Claudia se levantó, su voz temblando de frustración. "No te pedí que lo hicieras, Xochitl. No pedí que te obsesionaras conmigo. Solo quería una relación normal, basada en el amor y el respeto, no en el control y el miedo."

No me digas que no te amé lo suficiente! ¡Lo hice todo por ti!" Xochitl se levantó también, enfrentando a Claudia cara a cara. "Tú eres la que siempre se queja, la que nunca está satisfecha. ¿Qué más quieres de mí?"

Quiero mi vida de vuelta," gritó Claudia, sintiendo las lágrimas arder en sus ojos. "Quiero poder respirar sin sentir que estoy bajo vigilancia constante. Quiero ser feliz, y esto no me hace feliz, Xochitl."

Xochitl la miró con una mezcla de dolor y rabia. "Si te vas, Claudia, te juro que no podré soportarlo. No puedo vivir sin ti."

Claudia tomó aire, sintiendo que sus fuerzas flaqueaban. "No se trata de irme, Xochitl. Se trata de cambiar, de buscar ayuda, de encontrar una manera de amarnos sin destruirnos.".

No puedo creer lo que estás diciendo!" Xochitl avanzó hacia Claudia, agarrándola por los hombros. "¡No puedes hacerme esto! ¡No después de todo lo que hemos pasado!"

"¡Suéltame, Xochitl!" Claudia intentó zafarse, pero Xochitl la sostenía con fuerza. "¡Esto no puede seguir así!"

"¡No te dejaré ir! ¡No puedo!" Xochitl la empujó contra la pared, su agarre cada vez más fuerte. "¡Eres mía, Claudia! ¡Solo mía!"

Claudia sintió el pánico apoderarse de ella. "¡Estás loca! ¡Necesitamos ayuda! ¡No puedo seguir así!"

Xochitl la miró fijamente, su rostro una máscara de dolor y furia. "Si necesitas ayuda, la conseguiremos. Pero no dejaré que te alejes de mí. Nunca."

Claudia, sintiendo la desesperación y el miedo en su interior, finalmente logró zafarse del agarre de Xochitl. "¡Esto no es amor, Xochitl! ¡Es una prisión!"

Xochitl se quedó parada, su cuerpo temblando. "Si me dejas, Claudia, te juro que no podré soportarlo. No puedo vivir sin ti."

Claudia, con lágrimas en los ojos, dio un paso atrás. "Entonces encuentra una manera de vivir sin destruirnos a las dos."

El Rostro de la ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora