Xochitl, con el corazón acelerado y los ojos enrojecidos por el llanto, se levantó del sofá decidida a encontrar a Claudia. Sus pasos resonaron en el pasillo mientras se dirigía hacia la habitación de su amante. Golpeó la puerta con fuerza, pero no recibió respuesta.
-¡Claudia! ¡Ábreme, por favor!" imploró Xochitl, sintiendo un nudo en la garganta.
Después de unos tensos segundos, la puerta se abrió lentamente, revelando a Claudia con la mirada fría y distante.
-¿Qué quieres ahora, Xochitl?" preguntó Claudia con voz cansada.
"-Necesitamos hablar. Por favor, déjame entrar", suplicó Xochitl, con los ojos llenos de angustia.
Claudia dudó por un momento antes de apartarse, permitiendo que Xochitl entrara en la habitación. Una vez dentro, Xochitl se enfrentó a Claudia con determinación.
-Esto no puede seguir así, Claudia. Necesitamos resolver nuestras diferencias", declaró Xochitl, con la voz temblorosa pero firme.
Claudia suspiró, sintiendo una mezcla de frustración y tristeza.
-No sé si podamos arreglarlo, Xochitl. Hay demasiado dolor entre nosotras", admitió Claudia, con los ojos brillando con lágrimas no derramadas.
-Lo sé, pero no podemos rendirnos. Hay algo entre nosotras que no podemos ignorar", insistió Xochitl, acercándose lentamente a Claudia.
"-¿Qué estás haciendo?" preguntó Claudia, retrocediendo instintivamente.
-Lo que debí haber hecho hace mucho tiempo", murmuró Xochitl antes de cerrar la distancia entre ellas y robarle un beso a Claudia.
El beso robado desencadenó una tormenta de emociones en ambas mujeres. Xochitl se apartó lentamente, buscando los ojos de Claudia en busca de alguna señal de lo que estaba pensando.
-Lo siento, Claudia. No quería...", comenzó Xochitl, pero Claudia la interrumpió suavemente colocando un dedo sobre sus labios.
-No lo sientas", murmuró Claudia, su voz apenas un susurro cargado de deseo y vulnerabilidad. "Necesitábamos esto.
Xochitl asintió, sintiendo un peso aliviado de sus hombros. Se acercó de nuevo a Claudia, esta vez con ternura, y la abrazó con fuerza. Claudia se dejó envolver por el abrazo, sintiendo un cálido alivio al tener a Xochitl cerca.
"-Te quiero, Claudia", susurró Xochitl, sintiendo cómo el latido de su corazón se sincronizaba con el de Claudia.
Claudia se apartó lo suficiente para poder mirar a Xochitl a los ojos, encontrando una sinceridad abrumadora en su mirada.
"-Y yo a ti, Xochitl. Más de lo que debería", admitió Claudia, con una mezcla de miedo y anhelo en su voz.
"-Entonces, ¿qué hacemos ahora?" preguntó Xochitl, sintiendo la necesidad de abordar el elefante en la habitación.
Claudia suspiró, sintiendo el peso de la incertidumbre sobre sus hombros.
"-Castígame", respondió Claudia en un susurro, desafiante pero con un destello travieso en sus ojos.
Xochitl la miró sorprendida por un momento antes de comprender el significado detrás de esas palabras. Una sonrisa juguetona curvó sus labios mientras se acercaba lentamente a Claudia.
"-Con gusto lo haré", murmuró Xochitl, su voz cargada de promesas tentadoras.
Xochitl, con una chispa traviesa en los ojos, se acercó a Claudia con determinación. Con manos expertas, tomó suavemente las muñecas de Claudia y las levantó por encima de su cabeza, sujetándolas con firmeza.
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El Rostro de la Obsesión
FanfictionEl Rostro de la obsesión es una escalofriante historia de deseo y obsesión, que muestra cómo el amor puede transformarse en una peligrosa fijación.