Capítulo 27: Dame otra oportunidad

14 2 0
                                    

"La vida es demasiado importante como para ser tomada en serio." - Oscar Wilde


A la mañana siguiente el primero en despertar fue Warrehn, y el rostro dormido de Aedan fue lo primero que vio. Las delicadas cejas arqueadas del joven príncipe estaban relajadas, las espesas y oscuras pestañas proyectaban una sombra bajo sus ojos y, hasta donde Warrehn alcanzaba a ver, marcas rojas de besos, mordidas y pequeños moretones salpicaban su pálida piel.

A Warrehn no le gustaba enredarse después del sexo, en el pasado sus parejas sexuales eran meramente para eso, saciar una necesidad y luego cada uno continuaba con su camino, esta era la primera vez que se quedaba acostado con alguien en la misma cama después de tener relaciones. Y lo peor es que ni siquiera se sentía molesto. De hecho, ver a Aedan así, acostado dormido sobre su pecho le producía una sensación de felicidad y complacencia en tantas medidas que era francamente aterradora. Y Warrehn tenía la suficiente experiencia para saber que uno no se sentía así por alguien que deseaba, esto era algo más, pero Warrehn tenía mucho miedo de darle nombre a este desconocido y nuevo sentimiento.

Mientras estaba perdido en sus pensamientos las pestañas de Aedan temblaron, clara señal de que estaba a punto de despertarse. Warrehn de pronto no supo que hacer, se puso muy tenso, y fue así que el rey Warrehn 'ngh' Zaver, conocido como el gran tirado despiadado, despreciado y temido por muchos, cerró los ojos inmediatamente fingiendo dormir.

Aedan abrió los ojos y se encontró acostado sobre una almohada de piel cálida pero muy dura. Levantó la mirada solo para encontrase con el rostro dormido de Warrehn a escasos centímetros de distancia y la realidad llegó de golpe: había sido infiel. No, ¿a quién trataba de engañar? él había sido infiel desde mucho antes. La infidelidad no solo se trataba de algo físico o sexual, sino también emocional, al no dejar de pensar en Warrehn, ya estaba siéndole infiel a su pareja. Pero no tenía sentido seguirlo negando, mirando el rostro dormido de Warrehn, extendió su mano y le acarició suavemente la mejilla mientras admitía dolorosamente, la innegable verdad que se había estado negando a sí mismo hasta ahora: él aún estaba irrevocable y profundamente enamorado de este hombre. Y al parecer a su estúpido corazón no le importaba que Warrehn se hubiera convertido en un cretino y los malos tratos de antes, sus sentimientos por él no habían cambiado nunca.

La culpa se apoderó de Aedan instantáneamente al darse cuenta de sus verdaderos sentimientos, alejó la mano del rostro de Warrehn como si se hubiera quemado y se sentó lentamente tratando de hacer el menor ruido posible, dispuesto a marcharse en silencio. Su cuerpo protestó con el movimiento, haciendo que los recuerdos de la noche anterior se reprodujeran en bucle en la memoria de Aedan. Dándole la espalda a Warrehn se tapó la cara con las manos deseando morir allí mismo.

Estaba a punto de levantarse de la cama cuando dos brazos fuertes lo envolvieron por detrás. Una exclamación ahogada salió de los labios de Aedan. "¿No estabas dormido?" Preguntó intentando zafarse, pero los brazos a su alrededor no cedieron ni un poco. "Suéltame, por favor."

"¿Para qué? ¿Para qué puedas marcharte en silencio y huir sin decir nada?" cuestionó Warrehn, un dejo de amargura en su voz.

"¿Y qué hay que decir Warrehn? Solo estaba tratando de no hacer las cosas difíciles para ambos." Aedan continuó forcejeando.

"Entonces, ¿esa es tu solución? ¿Irte y hacer como si nada hubiera pasado?"

"¡¿Y qué demonios se supone que haga entonces?! ¡Dime!" Aedan gritó alterado, perdiendo los estribos "¡¿Quedarme al desayuno contigo y decirte que anoche fue el mejor sexo de mi vida, y qué no tiene nada ver con tu bestial resistencia en la cama, pero sí mucho que ver con mis estúpidos sentimientos y mi tonto corazón que aún no te ha superado?! ¡¿Eso quieres?!"

|MUY DESPRECIADO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora