"La distinción entre pasado, presente y futuro es sólo una ilusión obstinadamente persistente." - Albert Einstein
"Sucedió hace mucho tiempo" comenzó a contar Zeyneb mirando hacía la ventana del gran salón, sumergiéndose en sus pensamientos. "Yo era joven y bella, pero también tonta e inocente."
"Aún eres joven y bella, madre. Y no creo que tonta e inocente sean palabras para describirte alguna vez." le dijo Aedan, las palmas de sus manos sudaban, pero no dejaría notar su nerviosismo. Su madre nunca le había hablado así, y parecía como si realmente fuera a contarle algo terrible.
"Cállate, no me interrumpas, Aedan." Zeyneb le dirigió una mirada cansada "Solo escucha. Escucha con atención y no te pierdas ni un detalle."
Aedan asintió y levantó las manos en señal de derrota.
Zeyneb suspiró y dirigió su mirada nuevamente a la ventana antes de continuar: "Cuando cumplí la mayoría de edad y me casé con tu padre, el Rey Borriol 'ngh'Waari, pensé que sería la mujer más feliz del mundo, lo amaba mucho y me había preparado toda mi vida para ser una Reina Consorte excelente, cumpliría mis deberes a cabalidad y sería una mujer muy feliz y realizada. O al menos eso fue lo pensé en ese momento." Zeyneb hizo una pausa, y Aedan no dijo nada, le dio todo el tiempo necesario y espero pacientemente a que continuara.
"Resulto que de hecho no podía cumplir con uno de mis deberes más importantes." Su mirada esmeralda se volvió hacía Aedan, sus ojos muy brillantes cuando le admitió: "No podía quedar embaraza. Para una Casa Real la continuación del linaje es tan importante como su existencia misma." Sus labios embozaron una sonrisa pero sus ojos seguían fríos.
"Como ya sabes, Borriol y yo intentamos múltiples tratamientos en los mejores centros genetistas del planeta y fuera de él, y después de muchos intentos, finalmente logramos concebirte mediante la tecnología de gestación artificial."
Aedan escucho atentamente y frunció el ceño. Esta historia ya la conocía, de hecho todo el Gran Clan la conocía.
"Tus pensamientos están escritos en toda tu cara." Zeyneb sonrió y negó con la cabeza "Eres tan fácil de leer, Aedan. Siempre te he dicho que necesitas trabajar en eso. Si los enemigos saben lo que estás pensando eres un oponente fácil de derrotar." dijo mirándolo sobre la copa que tomaba.
"Esta bien, madre. Pero es que no entiendo porque me dices estas cosas de nuevo." confesó Aedan.
"Esa es la historia pública, pero la verdad es distinta." Zeyneb prosiguió. "En realidad, yo nunca pude concebir. Tu padre, Borriol, me engañó, nos engañó a todos, y te presentó al mundo como mi hijo y su hijo."
Aedan negó con la cabeza "No puede ser." musitó.
"Es duro de creer ¿cierto? Imagínate como estaba yo cuando me enteré." Zeyneb sonrió más. Como si lo que le estuviera contando a Aedan no fuera más que una mala broma y no la deshonra y vergüenza más grande de toda su vida.
"Pero sí, es la verdad. No eres mi hijo. Soy estéril, siempre lo fui, no importa que costoso tratamiento haya hecho." le dijo Zeyneb mirándolo a los ojos. "Tu padre Borriol te tuvo con otra mujer."
Aedan se puso de pie, sus manos temblaban mientras negaba con la cabeza. "Eso no es cierto. Estás mintiendo, madre. Está es otra de tus pruebas a mi carácter, otro de tus castigos por haberte contestado mal."
Zeyneb también se levantó y caminó hacía Aedan. "Puedes elegir creer lo que quieras. Pero te estoy diciendo la verdad. ¿Qué ganaría yo con inventarme semejante historia?, ya estoy harta de ocultártelo, dijiste que querías saber porque te odiaba, que tenías el derecho. Pues bien, ahora lo sabes." Zeyneb se paró frente a él y le dijo mirándolo a los ojos: "Te odio porque no eres mi hijo, eres el hijo de esa zorra sirvienta con la que tu padre se enredaba bajo este mismo techo."
"¿Alguna vez te preguntaste porque no te pareces a mí, ni a tu padre? Es porque te pareces a ella, a la zorra de tu madre. ¿Acaso te creíste el cuento de la ingeniería genética? Ni siquiera fuiste concebido en un útero artificial, naciste de ella." Zeyneb pronunció cada palabra lentamente mirando a Aedan con asco y repulsión, como si fuera una cosa sucia.
"Ahora sabes la verdad. Así que ahórrame los problemas, y haz lo que te toca hacer." Un droide abrió la puerta para la Reina "Mantén tu distancia de mí y solo cumple con tu deber para con el clan, que yo cumpliré el mío."
Aedan se dejo caer en el sofá, sin poder creer lo que acababa de escuchar.
"Su alteza, su ritmo cardíaco y respiración son más acelerados de lo normal, y presenta síntomas de una crisis de ansiedad, ¿desea que le de un medicamento?" preguntó la voz sin inflexiones de la IA.
"Aedan levantó la vista hacía el droide, pensando que ahora todo tenía sentido, aunque se negaba a aceptarlo, si lo que le dijo su madre era cierto, todo cuadraba a la perfección. El intempestivo cambio de sirvientes por IAs hace años, la constante molestia de la misma Zeyneb hacia él, su aversión, sus extraños ataques cuando Aedan se acercaba a ella demasiado...
"¿Su Alteza, se encuentra bien?" volvió a preguntar la IA
"Retírate, quiero estar solo." ordenó tapándose la cara con las manos.
☆☆☆☆
Unas semanas después, Quinto Palacio Real
"Todos serán despedidos, sin excepción. El nuevo personal ingresará mañana temprano para comenzar sus respectivas labores en sus respectivos cargos." Dictaminó el Rey Warrehn, sentado en su trono, con una corona dorada en su cabeza, y un manto sobre sus hombros.
"Su Majestad, tenga piedad, por favor."
"Mi hijo está enfermo, su majestad, no puedo pagar su tratamiento sin los ingresos de este trabajo. Por favor su majestad, reconsidere."
"Su majestad, por favor, tenemos familias que alimentar, tenga piedad."
Los ruegos del personal citado al frente no tardaron en hacerse escuchar. Los ministros intercambiaban miradas unos a otros con discreción. Esta era la tercera vez en la semana que el Rey Warrehn hacía despidos masivos sin precedentes ni justificación alguna.
"Su Majestad." El ministro de finanzas, el más anciano de todos, finalmente no pudo aguantarse más y se atrevió a hablar. "Con todo respeto Majestad, este súbdito suyo, quisiera dar una opinión."
"Ahórrate tus palabras, ministro Krojh, nada de lo que digas me hará cambiar de opinión, estas personas deben abandonar el palacio inmediatamente." Dijo Warrehn fríamente. "Ya he dado la orden."
"Pero Majestad, con el debido respeto, las cosas no funcionan así, toda acción debe tener una justificación, estás personas..." el anciano no se rindió
"¿Justificación? ¿Qué más justificación quieres? Tú Rey ha dado una orden, es su deber obedecer."
Warrehn se levantó del trono, y los miró fríamente. "La sesión termina aquí. Estoy cansado de ver sus mismas caras largas todas las mañanas." dicho esto se marcho sin más.
...
Bien, con esos finalmente he retirado a todos los secuaces de Dalatteya del palacio. Finalmente todas esas víboras se han marchado lejos. Pensó Warrehn de camino a sus aposentos. Ja, esos malditos viejos pedos, creían que él no lo sabía, que lo despreciaban desde el momento que él llego aquí, pues bien, si lo despreciaban sin motivo, ahora les daría motivos para hacerlo.
"Primo, ¿tienes un momento?" Samir se veía cansado y preocupado, había sombras oscuras bajo sus ojos.
"Claro." Warrehn se quitó la pesada corona de la cabeza y lo invitó a pasar.
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|MUY DESPRECIADO|
Fantasi- "Estoy muy orgullosa de ti, cariño. En el futuro serás el Rey Consorte del Quinto Gran Clan. Recuerda, debes hacerlo bien." Fue lo que le dijo su madre, la Reina Consorte Zeyneb 'shni' Waari, cuando tenía 7 años. ... - "Ah, estoy tan decepcionad...