|MUY DESPRECIADO|

Capítulo 39: Gracias por volver

"Si no tardas mucho, te espero toda la vida." - Oscar Wilde

2 años después

El mausoleo estaba como siempre, frío, silencioso y solitario. Pese a las múltiples capas de piel que llevaba puestas, Balfy sintió tanto frío como si sus huesos se estuvieran congelando. Sus pasos se detuvieron al llegar a cierta distancia y observó en silencio al rey Aedan 'ngh' Waari arrodillado ante la tumba de sus padres. 

Llevaba 3 horas aquí, ni siquiera usaba una capa extra de ropa, pero estaba en una posición tan firme como un bambú erguido, que el viejo mayordomo temió que se hubiera quedado congelado.

Inclinando la cabeza, Balfy dijo: "Su majestad, es hora." Hoy era el segundo aniversario de la  coronación del rey, así como también el segundo aniversario luctuoso de su difunta madre. Para el pueblo era un día de celebración y también un día de tristeza, pues un día como hoy ascendió al trono uno de los mejores monarcas que su clan ha tenido, y también fue el día en que su amado rey perdió a su madre. 

El rey Aedan giro levemente la cabeza en su dirección y asintió. "Ella está sepultada a su lado, ¿crees que eso la moleste?" cuestionó.

"Ella estaría molesta si se la hubiera sepultado en otro lado." Balfy respondió con seguridad, recordando con claridad las palabras que siempre decía su señora : Soy una reina, mi lugar siempre será junto al rey. Nadie, absolutamente nadie, puede quitarme ese lugar. "Siempre decía que su lugar era al lado de su padre."

"Mi padre" Aedan pronunció lentamente y dirigió su mirada a la lápida del difunto Rey Borriol "No recuerdo mucho sobre mi padre."

"Es natural, su majestad. Era usted demasiado joven cuando sucedió..." Balfy dejó de hablar al percatarse del rumbo que seguía esta conversación. 

Aedan se mantuvo en silencio un momento, luego hizo una profunda reverencia a las tumbas de sus padres, su frente tocando el suelo, y permaneció en esta posición unos minutos antes levantarse. 

Balfy se acercó y extendió el abrigo de piel hacia él. 

Aedan le agradeció y lo tomó pero no se lo puso de inmediato. Se quedó mirando fijamente este abrigo, perdido en sus pensamientos. Sí, era demasiado joven cuando su padre perdió la vida debido a una falla cardíaca inesperada, excepto que no fue una falla cardíaca inesperada, sino una provocada... todo por orden de su madre Zeyneb. 

Aedan se había enterado de ello después de la muerte de su madre. Balfy se lo había confesado como "la última verdad" que ella le había ordenado, mucho antes, decirle en un futuro cuando ella ya no estuviera en este mundo. Después de enterarse sobre la verdad respecto a su origen, decir que Aedan nunca lo había sospechado era una mentira, pero escuchar la confirmación por parte de Balfy había dejado en Aedan un extraño sentimiento.  

Como había dicho, él no recordaba mucho sobre su padre, por no decir nada. Tenía solo 4 años cuando el rey Borriol falleció, sin embargo, era su padre, su padre biológico, de quien estaban hablando. Pero la verdad era que Aedan no sintió nada al enterarse, no, de hecho el primer pensamiento que había llegado a su mente cuando Balfy se lo dijo había sido: se lo merecía. 

Tal pensamiento era una aberración, era un pecado... ¿Y aún así tenía el descaro de resentir a Warrehn y Samir por sus acciones? Al fin y al cabo, él mismo no parecía ser tan diferente de ellos. 

Aedan negó con la cabeza: "Balfy,  tu rey es un gran hipócrita."

"¿Majestad?" 

Aedan levantó la mirada del abrigo en su mano y dijo: "Olvídalo, vamos, no debemos dejar esperando al pueblo demasiado tiempo."