19. Caminar por la cuerda floja.

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Capítulo rápido con pequeños saltos porque sino la inspiración se le va a este pobre escritor.✨

Elsa.

—¿¡Qué!? ¿Por qué no quieres que estemos en tu graduación? ¡Hablamos de algo importante! —Anna sorprendió a las personas en el supermercado con sus gritos.

—Créanme cuando digo que las prefiero a ustedes, pero mi familia estará ahí y ya sabes como son —Isabela replicó apretando el puente de su nariz—. Además, seguro ya tienen planes para la semana que viene.

—No tenemos ningún plan, ¿verdad, Elsa? —Anna sujetó mi brazo.

—No, pero debemos respetar su decisión —respondí mirando a mi hermana que tenía ojos de cachorro triste.

—¿Por qué? —ella alargó las palabras— ¿Qué tiene de malo toparse con tu familia?

—No quieres conocerla —mi quejido llamó la atención de Anna. Ella solo arqueó su ceja sin comprender nada. Olvidaba que hasta donde ella tiene conocimiento sabe que Isa y yo nos saludamos en la biblioteca.

Sería incómodo contarle todo lo que hacemos fuera de la biblioteca.

—¿Por qué lo dices? —su tono se volvió más serio.

—¿Recuerdas la vez que te conté cuál fue la primera impresión de mi familia cuando se enteraron que somos amigas? —Isabela habló interrumpiendo y yo aproveché para escoger los cereales.

—Ah, sí. Yo no era una buena influencia, seguro tiré a la basura todas las oportunidades que me daban y por eso estoy así, blah, blah —Anna se mofó con una voz aguda.

—Exacto, al final comprendieron porqué estabas en esa situación y todo volvió a ser normal —Isabela agregó antes de suspirar—. Corriste con suerte en el juicio de mi familia sin conocerlos y puede que salga bien si ellos te encuentran en la graduación, el problema en específico es con Elsa.

—El problema serían ellas, yo no —aclaré aventando al carrito la caja de cereales.

—Cuánta agresividad —Anna entrecerró sus ojos mirándome—. No entiendo, ustedes apenas hablan en la biblioteca. ¿Qué pasó? —un pequeño silencio se hizo entre nosotras.

—Todo se remonta a un día en la biblioteca, su familia entró por unos recuerdos y cuando atendí a su abuela ella soltó unos comentarios desagradables sobre mi apariencia y esas cosas. Se molestó más cuando Aurora entró a defenderme —Anna frunció el ceño sin terminar de entender—. Anna, su abuela detesta a las personas que tienen tatuajes y piercings, pensó que salí de un penal de alta seguridad.

—¡Por favor! ¡Es una estupidez! —volvió a llamar la atención de los demás— ¿Por qué la gente te odiaría por eso? —Anna exclamó enfadada—. Si la gente supiera lo que has hecho por mucho les daría igual tu apariencia.

—Son conservadores gracias a mi abuela —Isabela habló encogiéndose de hombros y murmurando disculpas con la gente que pasaba a nuestro lado.

—Ancianos, sin ofender —miró a Isabela y ella asintió—. Supongo que podemos asistir sin la necesidad de encontrarnos a tu familia —Anna sugirió con cierto tono pensativo en su voz—. Nos mezclaremos con el resto de las familias y escaparemos cuando te reúnas con ellos ¿Los crees capaces de buscarnos? —los ojos de Anna brillaban contando su plan.

—No insistamos, si Isabela prefiere que no estemos por su familia entonces respetaremos su decisión —dije firme y rápidamente Anna me miró molesta

Era hora de demostrar mi autoridad como hermana mayor y la adulta de la situación.

—Anna, entiendo que quieras ser buena amiga con Isabela, pero debemos entender que ella conoce más a su familia y si asistir a su graduación representa un riesgo para su amistad o para ella entonces no vamos y ya está. Mientras más insistas menos son tus posibilidades de que ella acceda.

Angel |Elsabela|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora