18. Dulce devoción.

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✨Solo Elsabela siendo novias✨

Isabela.

¿Motivos? Nunca en mi vida había tenido motivos y es tonto para muchos pensar que al fin tuve motivos gracias a una persona. Estoy segura que el resto me cuestionará y me dirá "los motivos deben ser tu futuro, las cosas que deseas hacer, no una persona", pero para mí; una persona que tuvo la dicha de tener todo eso y nunca tener motivos es gratificante y revelador hallarlos en alguien que llegó a mi vida hace pocos meses.

No buscaba el amor de forma activa, de hecho, el amor resultó ser de mis últimas prioridades e increíblemente este llegó a mi vida como una explosión que descongeló todo a su paso. Elsa resultó ser más para mí de lo que yo soy para ella, significó más de todo lo que obtuve en mi vida, nada me servía si yo no la tenía a ella a mi lado.

Lo noté cuando el vacío invadió mi vida al alejarme de ella.

Ahora mismo no sé cómo explicar el revuelo de sensaciones que tengo por compartir un mismo espacio con ella. Pasó al menos una hora desde que oficializamos nuestra relación y llegamos a un punto donde las dos nos movimos a mi habitación y nos recostamos en mi cama. Reproducimos música a poco volumen y como si fuera necesario tener que satisfacer nuestra falta de afecto o recargar nuestras baterías nos pusimos a llenarnos de mimos y abrazos.

—Mmm ¿Tienes que trabajar mañana? —pregunté recostándome a lado de Elsa.

—Desde temprano, de hecho trabajaré todo el verano —Elsa miró al techo con un suspiro—. Técnicamente debería estar durmiendo ahora mismo.

—Que anciana, recién son las once —me burlé y sentí una ligera patada de Elsa—¿No tendrás vacaciones? —cuestioné manteniendo la burla aparte.

—Aurora me ofreció tenerlas, pero siendo sincera no sé que hacer con ese tiempo libre —respondió Elsa chasqueando con su lengua.

—Me ofende demasiado que no estés dispuesta a pasar ese tiempo conmigo —fingí hacer un puchero mirándola. Ella soltó una pequeña risa— ¿Por qué te ríes? —le puse una almohada en su cara.

—Porque tienes tus cursos ¿Lo olvidaste? —ella quitó la almohada y me miró sonriendo—, no quiero interrumpir al futuro de la familia Madrigal. Ambas estaremos ocupadas.

—Son cursos cortos y no son todos los días —tomé la almohada—. Podemos pasar tiempo juntas, algo como nuestro romance de verano.

—¿Romance de verano? —arqueó su ceja manteniendo su sonrisa.

—Te dará ideas para escribir —sugerí—. Incluso podemos estar juntas en mi departamento. Anna estará gran parte del verano con Kristoff, eso nos da una ventaja.

—Sí... Tal vez. Dices que pasemos juntas ¿Aquí? —ella indicó con su dedo la habitación y yo asentí— ¿Tu departamento? —volví a asentir— ¿Estás segura de que nadie vendrá? —preguntó Elsa atrayendo mi cuerpo al de ella, acomodé mi cabeza sobre su pecho y rodeé su abdomen con una de mis manos abrazándola—. No me preocupa Dolores, me preocupa Luisa.

—Creo que debes preocuparte más por Mirabel que por Luisa —dije divertida y sentí su mano acariciar mi espalda, relajé mi cuerpo soltando un suspiro de satisfacción.

—Oh no, un adolescente con mal carácter, tienes razón —solté una risa con el comentario de Elsa.

—¿Entonces? —cuestioné elevando un poco mi cabeza para verla, ella bajó su mirada— ¿Decides quedarte aquí?

—Bueno... No podré quedarme todos los días eso claro. A pesar de que Anna pase su tiempo con Kristoff aún estoy a cargo de ella —contestó sin dejar de mover su mano. Yo asentí lento—. Acepto y ¿qué te parece si en los días que no pueda quedarme pase a recogerte a la universidad?

Angel |Elsabela|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora