20. Enloquecer.

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✨Solo Elsabela causando caos y su escritor aún con corta inspiración✨

Isabela.

Flashback.

—¿Permitiste que nos humillaran de esa manera? —mi abuela habló llegando al departamento— ¿Sabías eso?

—¿Qué Elsa era de excelencia académica? sí, ¿qué los profesores la reconocieran? no —respondí suspirando con cansancio. Me adelanté a dejar los regalos que me habían dado a mi habitación.

—¡Seguiste hablando con ella, Isabela! —gritó mi madre desde la sala.

—¿¡Qué tiene de malo!? —grité desde mi habitación. Salí encontrando a mi abuela y mi madre molestas—. Yo conozco bastante bien a Elsa. Ustedes acaban de verla y aún así la tratan como si fuera un prisionero.

—Aún así nos mentiste —señaló mi madre.

—¿Y cuántos de aquí no lo hemos hecho?

—Isabela —mi abuela se metió a la conversación—. Lo que hiciste no fue correcto, te pedimos una cosa y no supiste hacerla.

—¿Seguir hablando con Elsa interfirió en mis estudios? Creo que resultó mejor de lo que se esperaba de mí —me crucé de brazos.

—¿Por qué no mejor comemos algo? —mi tía Pepa intervino—. Estamos algo cansados y desde que salimos de nuestras casas no hemos comido nada, quizá si comemos un poco podamos estar más tranquilos.

—Bien —tanto mi madre, mi abuela y yo respondimos.

Todos olvidaron el asunto de momento, logramos acomodarnos para empezar a comer algo. Mis tíos intentaron sacar cualquier tema de conversación, pero era evidente una tensión entre nosotras tres y no estarán en paz hasta que consigan lo que quieren así que comenzaron a sacar el tema de mi promedio, de cómo invité a personas que no son de la familia a mi graduación y muchas cosas.

Yo era su tema de conversación por desgracia.

Intenté mantenerme lo más alejada que pude de ellas, siempre estuve a lado de mis hermanas, Luisa siguió visualizando como quedaría su habitación una vez que termine de traer sus cosas.

—Sinceramente no entiendo su disgusto. Elsa y Anna son buenas personas, pudieron aceptar a Anna ¿Por qué no a Elsa? —Mirabel me preguntó mientras Luisa seguía mirando la habitación.

—No lo sé. No me gusta que hablen así de las personas que en verdad me importan... No sé que más esperan de mí, quieren que consiga una pareja y haga mi vida, pero insisten en que deba matarme en mis estudios —golpeé mi frente en el ropero de Luisa—. Estoy cansada, he dedicado mi vida a los estudios y ahora que por fin puedo disfrutar de una vida ellas vienen a arruinarlo todo.

—Duele pensarlo, pero ellas nunca cambiarán —Mirabel apretó sus labios con molestia—. Y aun teniendo eso en cuenta, no tiene porqué interferir en tus planes a futuro.

—Lo sé, pero no puedo evitar sentirme invadida cada que ellas quieren decidir sobre mí.

—Piénsalo por un momento —tanto Mirabel y yo miramos a Luisa—, tan pronto termines tu servicio y tengas tu título podrás alejarte por completo de ellas —se giró hacia nosotras—, podrás tener algo para decirles en su cara "ya no necesito nada de ustedes, dejen de molestarme" y podrás vivir lo que tanto has querido.

—¿No crees que digan que les debo algo por haberme dado todos mis estudios? —cuestioné.

—Técnicamente están obligados a darte educación —respondió—. Es tu decisión si quieres seguir con ellos o no, tampoco es una responsabilidad tener que verlos a futuro.

Angel |Elsabela|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora