22. Vacaciones estimulantes.

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Isabela.

—Quizá si agrego esto... —murmuré continuando con el dibujo en la libreta que amablemente Elsa compró para mí.

Hace un tiempo que Elsa entró al lago, desearía estar con ella, pero la actividad de anoche me dejó adolorida. No sé cómo Elsa puede tener la energía y la fuerza para meterse a nadar.

Recosté mi espalda en la silla y solté un suspiro alejando la libreta de mí y observar el dibujo. Admito que es una de mis mejores obras. Nunca imaginé que yo diseñaría mis propios tatuajes, ¿cuándo quise hacerme uno? Sinceramente no recuerdo, pero sé que un tatuaje, más allá de la expresión artística, representa una emoción o significa la exteriorización de lo que siento tan profundo en mí.

Las palabras de Elsa en la tienda me hicieron reflexionar, en verdad había recorrido mucho para llegar a ser la persona que soy. Si logro recordar mis clases de biologías, el proceso de una mariposa es uno de los más hermosos; de oruga a crisálida, de crisálida a mariposa, tal vez mi proceso no haya sido el más hermoso, pero si reconozco que fue parte de crecer.

Ser hermana mayor y la primer nieta deja en mis hombros una gran carga, ser el ejemplo e inspiración para los demás, siempre lo tuve a consideración, la mayoría de las veces mi madre y mi abuela lo recalcaban y eran pocos los momentos donde en verdad me daban consejos a mi futuro. Mi abuela me lo decía, en aquellos momentos que hablaba sin darme órdenes.

Flashback.

—Tu abuelo Pedro, nunca lo conociste, pero él deseaba lo mejor para su familia y yo también pido eso —mi abuela encendía las veladoras frente a la imagen de mi abuelo—. Entiendo lo difícil que es enfrentarse a los desafíos de la vida, nada es más aterrador que entrar a un mundo desconocido.

—Estaré bien... Creo —aún no he entrado a la universidad. Tan solo pensar en lo que quiero estudiar ya era motivo para considerar una universidad lejos de mi hogar.

—Eres capaz de muchas cosas, Isabela —mi abuela se volteó a verme—. Tu inteligencia y responsabilidad te han llevado lejos, si sigues así llegarás más alto de lo que pensaste —su mano ahuecó mi mejilla y acarició mi lunar con su pulgar—. El miedo por el futuro será inevitable, habrá caídas en el camino, pero tu familia estará para apoyarte.

Su expresión se relajó mientras me miraba.

—Estás a punto de salir de tu crisálida —mi abuela recitó algunas palabras de mi abuelo Pedro solo que con un tono nostálgico. Lo sé, porque ella siempre dice dichos o palabras que él acostumbraba a decir.

—Y pronto construiré mi propio futuro... —completé su frase. Mi abuela sonrió abrazándome. Me relajé sintiendo la autenticidad de dicho abrazo.

Fin del Flashback.

—¿Una mariposa? Es hermosa —la voz en mi oído me distrajo de mis pensamientos. Giré mi cabeza para verla, recién salía del lago y su cabello goteaba sobre mi hombro.

—Estuve pensando lo que dijiste ayer —Elsa se movió para sentarse a la altura de mis piernas— y recordé algunas cosas que mi abuela me decía —su rostro se transformó a una cara de preocupación—. Tranquila, eran pláticas que teníamos cuando no me obligaba a ser la perfecta Isabela.

—Ouh... ¿En serio? No pensaría que tu abuela pudiera decir algo fuera de su papel de matriarca.

—Por sorprendente que suene, existió una abuela comprensiva y cariñosa. En fin, estuve pensando en el significado y todo eso y creo que al final siempre estuve ligada a las mariposas —bajé mi vista hacia el dibujo—. No conocí a mi abuelo, pero todos en la familia sabemos que él siempre usaba el ejemplo de las orugas y demás para dar sermones de vida.

Angel |Elsabela|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora