12.

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Kiki

A las cinco de la mañana aparecieron mi madre y Almu diciéndome que debía levantar que llegaríamos tarde al aeropuerto.

El vuelo salía a las ocho.

No entendía para que levantase tres horas antes y eso que me habían explicado que había que estar allí dos horas antes mínimo.

Me encontraba sentada entre Violeta y Almu, con los ojos cerrados e intentado aparentar respiración normal.

- Chiara quedan unos veinte minutos para que salga el avión, relájate

- No puedo. No me gusta esto

- Es muy seguro, no va a pasar nada

- No puedo relajarme

- Venga que no es para tanto

- Almu, tienes que validar sus sentimientos, si ella está nerviosa y se encuntra mal es lo normal. Jamás ha volado. Chiara es muy normal que estés nerviosa, nunca has volado y no sabes que en verdad no sientes nada cuando estás en las alturas. Lo peor es el despegue, pero por suerte dura muy poco, y no es el depegue en si, sino cuando coge velocidad en la pista. ¿Me dejas que haga contigo lo que hacía con Martin de pequeño?

- Si

- Toma mis cascos, te voy a poner mi música y toma el antifaz y te voy a coger la mano no te asustes

- Vale

Confíe en Violeta, sabía que no iba a hacerme daño y que lo hacía por mi bien.

Primero me quitó las gafas, me puso el antifaz, y después los cascos. La conocía poco, pero al juntarse con mi hermana suponía que el estilo musical, sería parecido, pero nada que ver, las dos primeras canciones fueron un poema, el primero, la canción del pirata, poema de Espronceda cantado por Tierra Santa y el segundo el romacero gitano, de Lorca, en concreto el romance de la luna, luna en la voz de Dellafuente.

Me sorprendió bastante que Violeta escuchase este tipo de canciones, pero en cuanto me pare a pensarlo, los poemas iban con ella, lo místico, delicado y sutil de los poemas lo tenía ella.

Se ocultaba en sus gafas de sol como se ocultaban las perífrasis y las metáforas en los poemas.

De los poemas salto algo que cien por cien no me esperaba, yo tengo un novio de lola índigo. La paso en los primeros acordes

- NO LA QUITES

- Shhhh.- Me levanto uno de los cascos, al parecer había gritado.- No grites. Esa canción no es mía yo no escucho eso

- No tienes porqué mentirme, a mí me encanta

- Pero no es lo que quería poner. Ahora te bajo el caso y sin gritar

Violeta cambió la playlist a una en la que solo se escuchaban canciones de maldita Nerea.

El secreto de las tortugas.

Nunca estarás sola.

No pide tanto, idiota.

Perdona si te llamo amor.

Cuando todas las historias se acaban.

En medio de esta última canción noté moverse el avión y me asusté, Violeta lo debió notar porque rápidamente me cogió la mano. Y por imitación Almu  acababa de cogerme la otra, supongo que habrían hablado, yo solo podía escuchar esta canción.

Cuando se acabó la canción, no sonó nada más. Noté como lentamente me quitaban los cascos, el antifaz, me devolvían las gafas.

- Te molesta un poco la luz, es normal al principio. Ya hemos despegado, ya te puedes quitar el cinturón, caminar por el avión

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