14.

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Kiki

Verano.

Vacaciones.

Tiempo libre.

Tiempo para pensar.

Al terminar las clases, mi vida no paro. Aprobe todo y pase a primero de bachiller, cosa que cuando mis padres me conocieron dieron por imposible, por lo que el mismo día que termine las clases y me dieron las notas nuestros padres nos llevaron a Almu y a mi a hacer un crucero por Mediterráneo.

Después nos dejaron a Almu y a mi en Granada, de donde eran mis padres y me presentaron a toda la familia.
Alguna me acogió mejor que otra, para era lo esperado.

Tras pasar por Granada estuvimos unos días de turismo interior viendo Aragón, donde descubrí mi nuevo sitio favorito del mundo, Zaragoza, ame el centro desde que lo pise. El puente por el que pasaba debajo el Ebro era precioso, la basílica impresionante, su casco antiguo increíble y esa zona de bares y terrazas una auténtica locura. Por no hablar de lo bien que se comía.

A la vuelta me tocó toparme con la realidad de frente.

Violeta no me hablaba.

A la vuelta de nuestras vacaciones de semana santa éramos inseparables, podía apoyarme en ella y contarle cualquier cosa, no me juzgaba. A los pocos días de aquello me dijo que iba a coger distancia que se estaba agobiando con la selectividad y no quería pagarlo conmigo.

Lo intenté y la di tiempo. La mandaba mensajes de apoyo que ni si quiera eran contestados y eso me mosqueo un poco.

Pero la justifique pensando que algún examen la habría salido mal y pensado que no querría hablar.

Lo que estaba pasando ahora no tenía justificación, pese a que se la intentaba dar. Habíamos vuelto a quedar antes de las clases, los siete, Alex era uno más y Violeta hablaba con todos menos conmigo.

Por eso hoy había quedado con Alex, Rus y Martin. Necesitaba su ayuda porque sino me iba a volver loca.

A esa quedada iba tarde. No solo porque se me olvidase la parada en la que me tenía que bajar, sino porque en el fondo no quería quedar, no quería enfrentarme a la realidad de que Violeta se había cansado de mi y de mis tonterías.

- Hola, se que llegó tarde, perdón

- Tu nos reúnes, tu llegas tarde, tu dirás

- Dejad que tome algo primero

- Si tranquila

Vino una camarera y le pedí un Aquarius de limón, no me veía para ver otra cosa. Cuando me bebí la mitad de un trago bajo la atenta mirada de mi amigos hablé

- Estoy rayada

- ¿Por qué? ¿Que pasa?

- Pasa tu hermana Martin

- ¿Que pasa con Violeta?

- Pasa que cuando nos fuimos a Menorca me trataba increíble y me hablaba bien joder y hablábamos de todo. A los días me dijo que le agobiaba la selectividad y que me iba a dejar de hablar un tiempo. No me habló en todo el verano, ni si quiera me contesto los mensajes que le mandé de ánimo para al selectividad. Y ahora hemos vuelto, dos días hemos quedado y ninguno me ha dirigido la palabra y estoy rayada pensaba que era mi amiga

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