Desgarros del corazón.

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Pablo estaba sentado en el balcón con el anillo en la mano, esperando que Lionel tocara el timbre. No eran ansias las que tenía, no paraba de pensar y recordar. No había sido fácil para el reconocer y aceptar que estaba enamorado del dt, y ahora se venía un nuevo desafío, amar otra vez a alguien.



Aunque se lo había dicho aquella mañana, era fácil decirlo, pero era difícil transitarlo sin miedos a que otra vez le destrozaran el corazón. No lo veía a Lionel haciendo algo así, pero tampoco pensó que Daniela pudiera abandonarlo. Jugueteaba con el anillo en sus manos, y se puso de pie para apoyarse en la baranda, con tanta suerte que se le resbaló de la mano y cayó los 5 pisos hacia la vereda. Pablo quedó mirando hacia abajo sin saber si ir a buscarlo o no, cuando ocurrió algo que ni él más irónico se hubiera animado a imaginar, una pareja lo encontró y el muchacho se lo regaló a su novia y se abrazaron, el pediatra no pudo más que largar la carcajada, el destino había encontrado la mejor manera de deshacerse del anillo.

Vio entonces el auto de Lionel estacionándose y salió corriendo de su departamento afuera estaba Lorena que también salía, cuando llegaron los dos al ascensor se miraron cómplices y en silencio:

- ¿llegó Lionel? – Pablo asintió sonriendo: - mírate, la cara de nabo que pones- el de rulos borró su sonrisa: - me hace muy feliz- le dijo su vecina:

- Te pido por favor que no hagas ninguna insinuación ni nada, quiero que lo de Lionel y yo quede lo más en secreto posible- Lorena asintió.

- Pablo, cuídalo – el cordobés la miro confuso: - te hace bien ese tipo, no la cagues, ojo que el miedo no te haga mandarte una boludez- Pablo chistó como desacreditando lo que decía su amiga, ¿Cómo iba a arruinarlo por miedo?, la puerta del ascensor se abrió y Lionel estaba parado justo ahí a punto de tomarlo, y se sorprendió al verlos a ambos:

- Bueno, me voy- dijo Lorena saliendo del ascensor: - buenas noches Lionel, que linda camisa- Lionel agradeció, tenía puesta una camisa blanca con diminutos lunares negros.

Ahora se miraron con pablo y sin decirse nada, pero mirándose fijamente el dt entro al ascensor:

- Pensé que yo te pasaba a buscar- le dijo, Pablo negó con la cabeza y al cerrarse la puerta no pudieron contener el deseo de comerse a besos, el cordobés apretó el botón para detener el ascensor, y al mirarse se sonrieron fogosos y picaros, y volvieron a la tarea de unirse en un abrazo y juntar sus labios casi con desesperación, sus manos atolondradas recorrían el cuello del otro. El pediatra comenzó a desprenderle la camisa, cuando sintió en el bolsillo del más alto la alianza de casado y se detuvo:

- ¿Qué paso? – le preguntó Scaloni:

- El anillo, lo tenés en el bolsillo- le dijo el de rulos yéndose para atrás:

- Si. Dijimos que los íbamos a descartar de alguna manera, ¿te acordas? – Aimar asintió en silencio:

- El mio se cayó por el balcón y lo encontró una pareja- Lionel empezó a reír a carcajadas ante lo irónico de la situación: - tíralo vos por el balcón- le dijo ahora el más bajo desafiante:

- ¿me estás diciendo que no me animo? – le preguntó el otro igual de desafiante: - ¿vos crees que todavía no cerré la historia? - dijo ahora cambiando totalmente el tono de la conversación y de su voz:

- No, no dije eso. Te estaba jodiendo Lionel- le dijo un poco fastidiado Pablo: - vos fuiste el que lo sugirió flaco, vos me dijiste que estábamos cómodos en nuestro dolor y blah, blah, blah. Ponete de acuerdo hermano- apretó el botón para que el ascensor siguiera subiendo. Todo quedó en silencio un momento: - perdón – dijo el de rulos mirando la puerta espejada del cubículo, se veían ambos a los ojos a través del reflejo, y mientras la mirada del que hablaba era triste y suplicante, la del que escuchaba estaba deseosa de abrazar su pena para contenerlo: - no sos el único herido acá, no quiero pasar otra vez por ese dolor- Lionel caminó lento y se paró detrás abrazándolo por la cintura apoyando su cabeza en el hombro del pediatra, y observo el reflejo de los dos, sonrió:

Curitas para el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora