𝟎𝟒 | Caminos que se cruzan

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Comenzaba el mes de noviembre y el otoño estaba muriendo.

Era una tarde gélida que anunciaba la pronta llegada del invierno, la crema y nata de la sociedad se reunía en las cafeterías y restaurantes finos de Bangkok. Love y Becky entraron en un café pequeño, elegido por la menor de ambas.

El mesero las condujo hacia una pequeña terraza ubicada en el segundo piso del lugar, donde tenían una vista insuperable: a sus pies, el ir y venir de los paseantes, a su alrededor los impresionantes edificios de muy diversos giros parecían comérselos en medio de sus anuncios llamativos y los gritos de los dueños invitando a los transeúntes a pasar a sus locales llenaban las calles de vida.

—¿Cómo es que conoces este lugar? — preguntó curiosa.

—No lo conocía, sólo le oí hablar de él a Milk, siempre me prometía venir conmigo a este lugar, pero solo se quedaron en palabras, sé que es una zona muy cara, pero tenía muchas ganas de conocerlo que...

—No te preocupes, tuviste buena elección, es un lugar muy agradable y acogedor— le dijo mirando los detalles rústicos del lugar, con lo cual trataban de imitar a una cabaña —Me recuerda un lugar que conozco...— Sin querer sus pensamiento viajaron a la casa de campo de Freen, donde habían pasado uno de sus aniversarios.

—¿Sucede algo? — preguntó Love intrigada al ver que Becky se dejaba llevar por sus pensamientos.

—No, nada— dijo reaccionando de pronto —Disculpa, solo me acorde de algo... de alguien...

—Bueno, pues mientras nos traen nuestro café, te contaré mi historia con Milk.

—Muy bien, escucho tu historia.

Entrando al mismo café en donde se encontraban Love y Becky, llegaban Freen y Milk. El mesero les preguntó si querían subir al segundo piso o quedarse en el primer piso, Milk dejó que Freen decidiera, pero ella dudaba mucho, así que le pidió que se asomara al piso superior para que pudiera decidir, Freen lo hizo y subió curiosa por las escaleras de madera.

Al llegar arriba, pudo admirar los marcos de madera que le recordaban a su casa de campo, un lugar muy querido por ella se encontraba perdida en sus recuerdos cuando de pronto su mirada se posó en una pareja.

Su corazón se detuvo.

A unos metros de distancia se encontraba Becky, una Becky sonriente, una Becky feliz, platicando con una chica, una chica linda, una chica atractiva, que le hablaba alegremente a la tonta de Becky, que la miraba embelesada como una idiota, no pudo soportarlo y bajó corriendo las escaleras.

—Vámonos de aquí, no me gusta este lugar— dijo pasando de largo a Milk y se dirigió a toda prisa a la salida ante la mirada de sorpresa de Milk y del mesero.

A Milk no le quedó más remedio que disculparse con el empleado y seguirla. Una vez en la calle caminaron dos cuadras antes de detenerse.

—¿Qué pasa Freen? — le preguntó preocupada, viendo que estaba a punto de llorar — ¿Qué te ocurrió para que te pusieras así?

—Perdóname Milk— le dijo tratando de recuperar la compostura y evitar las lágrimas —No quise hacer un espectáculo, tú no tienes la culpa de lo que me ocurrió, lo que pasa... es que vi...

—Tranquila— le puso una mano en el hombro tratando de tranquilizarla — Si no quieres hablar del asunto, lo comprendo ¿Quieres que te lleve a tu casa?

—No, estoy bien, podemos ir a otro sitio.

—Conozco un café francés excelente a unas cuadras de aquí.

—Está bien—dijo con una tímida sonrisa —Y perdona mi comportamiento.

—No hay nada que perdonar— le ofreció su brazo para dirigirse al café francés.

The elegance of love 「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora