The elegance of love 「 Freenbecky 」

𝟎𝟕 | Renacer

BANGKOK

Después del encuentro tan desagradable con Billy, Becky llegó a la mansión de los Armstrong, y a su encuentro llegó Charlotte.

—¡Becky! Qué alegría verte, te extrañé muchísimo— dijo la castaña abrazándola fraternalmente.

—¡Me alegra que estés aquí! Me sentía como perdida sin mi cómplice favorita.

—¿Ya pensaste que broma le pondremos a Heng esta vez?

—Bueno... La verdad es que no he tenido tiempo, creo que no tengo ánimos para esas bromas infantiles que hacemos cada año.

Charlotte no le dijo nada, ni le cuestionó su indiferencia tampoco, le acarició la mejilla en señal de apoyo, pensando en que tanto en realidad estaba afectado por su rompimiento con Freen. En esos momentos llegó Heng.

—¡Muchachas! ¡Qué alegría de verlas juntas!

—¿Sucede algo en especial, Heng? — preguntó curiosa Charlotte.

—Nada en especial, solo me quería adelantar a los acontecimientos.

—¿De qué hablas, Hengie? — dijo bromeando Becky.

—Así solo me dice Nam.

Sin decir nada más, Heng dio una señal al aire y dos sirvientes salieron de quién sabe dónde, bañando a Charlotte y a Becky de harina completamente, apenas se recuperaban del susto, cuando los mismos sirvientes las mojaron con agua fría.

—Esto es por lo del año pasado— dijo Heng con una sonrisa de oreja a oreja — Y también una advertencia, si me vuelven a hacer otra "bromita", se atienen a las consecuencias, a ver quién gana.

Sin más, dejó a las primas tiritando de frío, tratando de quitarse la mezcla pegajosa de su cuerpo.

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Después de darse una buena ducha, Becky comenzaba el ritual que más disfrutaba: el vestirse para la ocasión. Escogió un traje azul oscuro, camisa blanquísima, los zapatos nuevos, retocó su cabello y aspiró el aroma que emanaba, no muy cargado, pero tampoco que pasara desapercibido. Bajó las escaleras y se reunió con Charlotte y Heng que la esperaban en la sala.

—Parece que llegó demorado, pero la bromita de Heng me tomó más tiempo en el baño.

—Eso es mentira— respondió afanoso Heng — Tú siempre te tardas lo mismo en cualquier circunstancia.

—Eso es verdad— secundó Nam quien acompañaba a su novio —Creo que te tardas más que yo.

Los cuatro reían y se bromeaban uno al otro, cuando tocaron a la puerta. Segundos más tarde entraron los primos Armstrong.

—Parece que la fiesta ya comenzó aquí— tronó la voz de Billy para hacerse notar —Pero nosotros ya llegamos para mejorarla.

—¡Heng que alegría verte! — con voz melosa, May se colgó del brazo de Heng, del cual no quiso separarse en la siguiente hora, pese a que Nam estaba a su lado, sintiéndose incómoda.

El ambiente fue así por varios minutos hasta que llegó la abuela Deidra y los señores Armstrong, padres de May y Billy, lo cual la obligó a comportarse un poco más recatada. Después de un rato de charla la abuela Deidra anunció la cena, algo que cayó de la gracia de todos, porque el ambiente estaba muy tenso y aburrido.

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Ocho personas alrededor de una gran mesa, ocho personas degustando un gran banquete, ocho personas en su mundo individual, ocho personas y solo se escuchaba el uso de los cubiertos.