𝟏𝟏 | Una piedrita en el camino

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El grupo de "los caracoles" se encontraba en una pizzería, guiados por su profesor, veían trabajar a los afanosos cocineros.

—Tienen que aprender cómo trabaja una empresa por dentro— explicó tratando de ser muy claro —Cómo mueven sus maquinarias, qué materias primas utilizan, los insumos que necesitan para trabajar... en fin de la a "A" la "Z".

Freen tomaba notas tanto en su libreta como en su cabeza, tratando de entender lo que les decía.

—Cuando ya lo hayan hecho, es momento de proponerles que les compren a ustedes, esos insumos o esa maquinaria y les digan cuáles son las ventajas que tendrán si los prefieren a ustedes que a sus competidores.

—¡Calidad y precio! —gritó Freen emocionada.

—Sí, esas serían unas buenas ventajas —le contestó sonriendo por su entusiasmo.

—Pero ¿Por qué nos trae a una pizzería? ¿No debería de llevarnos a las grandes corporaciones? —preguntó Billy fastidiado por la harina que se sentía en el ambiente.

—Todo a su tiempo, joven Armstrong, además, no se imaginan todo lo que pueden aprender de las microempresas.

Una microempresa, eso es lo que necesito —pensó Freen— ¿Qué tan complicado es manejar una microempresa propia y al mismo tiempo tener que cuidar otros negocios?

El Señor Sunny la volteó a ver.

—¡Caramba, señorita! Esa sí que es una buena pregunta, pues sí, es algo complicado, pero no imposible. Yo le recomendaría prudencia... que primero ganara experiencia en negocios ajenos y después iniciara el propio. Grupo, es hora de retirarnos, agradezcan a estos nobles caballeros, su atención y paciencia al recibirnos en su trabajo.

Cuando todos salieron a la calle, el Señor Sunny llamó aparte a Freen.

—Señorita Chankimha, ¿Usted conoce a la Señorita Armstrong?

Freen se extrañó de su pregunta.

—Sí, Señor Sunny ¿Qué sucede?

—¿Podría decirle usted, que nos deje de seguir? No creo que ella tenga interés en volver hacer este recorrido, y por lo que he observado, su único objetivo es mirarla a usted.

—¿Qué cosa dice?

—Observe discretamente por arriba de mi hombro, en la esquina de enfrente ¿No es Rebecca Armstrong?

Freen miró como se lo indicó, ahí estaba Becky "leyendo" un periódico.

—Discúlpeme un momento, Señor Sunny—. Dijo con la cara roja de vergüenza y cruzó la calle para enfrentar a la señorita Armstrong.

—¿Qué significa esto, Becky?

—¿A qué se refiere señorita Chankimha? —respondió sin quitar la vista del periódico.

—¿Por qué me está siguiendo?

—¿Yo? —le dijo mirándolo muy sorprendida, con la cara más inocente que pudo poner.

—¿Por qué no está en sus clases?

—Eso es algo que no le interesa, señorita Chankimha, y yo no la estoy siguiendo, solo estoy aquí parada leyendo el periódico, eso no es ningún delito.

Freen entrecerró los ojos, pidiendo al cielo paciencia.

—Será mejor que regrese a sus clases y no pierda el tiempo "leyendo" el periódico.

—Tomaré en cuenta su petición, señorita Chankimha, buenos días— dio media vuelta y se alejó del lugar.

Freen regresó con su grupo, y el Señor Sunny les dio un aviso.

The elegance of love 「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora