SALIR A LA SUPERFÍCIE: Después que la ola arrase con todo

Prólogo

Lo voy olvidando.
Lo voy olvidando lentamente.
Se desvanecen mis recuerdos, se crean otros.

Pero hay uno que no se va.

Hay uno que no quiere irse. Que se ha pegado a mi, y no me va a soltar.

Hay un momento que no tiene en mente irse pronto. Y ahora, quizá, menos que nunca.
Ahora ya no lucho contra él. Ahora sólo vivo con ello, y lo hago porqué no tengo energía para nada.
Ya es parte de mí, es lo que me ha convertido en lo que soy en este instante, en esta realidad. Sea lo que sea que soy, se lo debo a ese preciso recuerdo y a todo lo que arrancó a su paso.

Todo lo que había antes de la gran ola ya no existe. O a lo mejor sí, pero yo no soy capaz de encontrarlo. De indagar a fondo en mi misma. De volver atrás en el pasado. De recomponerme.
Porque la oscuridad me aterra, y eso es lo único que reside en mí en esta realidad.
Y buscar entre esa oscuridad me destrozaría.

Porque con el paso del tiempo, he aprendido que hay distintas realidades. En una vida, pasas por muchas de ellas.
Una mentalidad, una realidad.
La mente y el suceso se dan la mano. Una combinación terrible en algunos casos, en algunas realidades. En la mía.

Y lo voy olvidando.

Olvido mi última realidad.
Olvido cómo se siente la satisfacción personal, cumplir objetivos y celebrarlos.
Olvido esos gestos que marcaban una diferencia. Una sonrisa sincera, un abrazo cálido, un beso cariñoso en la mejilla.
También acabo olvidando cómo sonreír, cómo reír a carcajadas, cómo tener una postura segura, cómo sentirme llena.

Ahora tengo demasiadas dudas.
Estoy vacía, nada me llena por completo, nada me completa. Soy un agujero negro, un bacío descomunal, un precipicio.
Y a la vez, estoy llena. Llena de oscuridad, de grietas, de fragmentos de un pasado lejano. Un pasado que ya no puedo reconocer pues he perdido la noción del tiempo.

Después de la ola, se paró, se acabó.

Se paró el tiempo. Se acabó...se acabó todo lo que tenía.
✺