pasado (3) - olvidar, recordar

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(Niñez)
𝙀stoy confindida. ¿Por qué olvidamos ciertos sucesos?
¿Por qué otros se nos quedan zumbando por nuestra mente por eternidades?

Nunca me ha gustado la palabra olvidar. Es...es muy triste.
¿Porqué querríamos olvidar algo que nos ha pasado? ¿Porqué eliminar una diminuta parte de nosotros?
Mamá dice que todo lo que nos sucede es una parte de nosotros. Yo también lo creo. Y no quiero olvidar una parte de mí. Sinó, no sería la misma, y yo soy muuy feliz.

Me dolería mucho olvidar a mis amigas, a mis padres, a mis abuelos, primos, tíos.
Y si ellos me olvidasen, no sé si volvería a ser feliz. Ellos me arrancan sonrisas enormes. Me siento a gusto.

No quiero olvidar. No.
No quiero que nada cambie. No.
Quiero seguir siendo una niña, correr sin parar y abrir regalos con ilusión. Quiero reír, disfrutar, ser libre.
Nadie me puede quitar eso, papá lo asegura y yo le creo.

(Pre-adolescencia)
Cuando era más pequeña, creía que olvidar era horrible. Que no había suceso peor.
Ahora he aprendido que no puedes recordarlo todo, ¡te explotaría la cabeza por sobreinformación! Imagina recordar cada pequeño suceso de tu vida, cada inspiración, cada expiración. No sé si me gustaría eso.
Además, es muy bonito recordar los momentos donde disfrutaste pero quedarse encallado no ayuda para nada. Si no queremos dejar ir algunos momentos, ¿cómo vamos a crear nuevas memorias? ¿Cómo se supone que vamos a avanzar si nos atan mil cadenas?

Y, no voy a mentir, siempre va bien borrar esos momentos malos. Los que duelen. Los que pinchan.
Un "eres imbécil", un "ja, ja, que tonta", una caída, un empujón. Esos si que los borraría pues no me han enseñado nada, sólo que hay gente que te hace daño, queriendo o sin querer. Duele igual. Aunque sea una persona de tu edad, aunque sean bromas, aunque esos momentos se repitan mucho menos que los que te arrancan mil sonrisas.

Y, si, sigo pensando que todos los momentos nos ayudan a ser quien somos, ya sea positivo o negativo pero eso no significa que no los podamos dejar atrás. Hay que aprender de ellos y dejarlos ir, sin que te hagan daño. Pues si no aprendes del dolor, no sirve para nada.

No quiero olvidarlo todo. Pero tampoco recordarlo todo.
No quiero que todo cambie de golpe. Quiero ver un proceso en mi misma.
Quiero seguir bromeando con mis amigas y compartir momentos de todo tipo.
Y nadie me puede quitar eso.

(Adolescencia; después de la ola)
En mi mente volvió a resonar esa pregunta que me hice de pequeña: ¿Por qué olvidamos ciertos sucesos? Sigo sin saber muy bien porqué, es algo del cerebro.

Mi pregunta ahora es ¿por qué no olvidamos ciertos sucesos? ¿Porqué hay momentos que se repiten una y otra vez? Que se enganchan, que se cosen a tu piel, que abren cicatrices que no se pueden cerrar, que te dejan en carne viva.

Ahora mismo, le gritaría a mi niña interior. Le diría que es una estúpida por llorar ante un empujón, que no tiene ni idea de lo que va a pasar más adelante. Que está muy lejos de entender la crueldad de la vida. Que si pudiera olvidar, lo haría sin pensarlo dos veces.

Porqué ahora mismo estoy en llamas. El dolor no se ha ido, el fuego me va consumiendo lentamente. Y duele. Y aterra. Y quema. Y es horrible.
Y quiero que pare.
Que se vaya de mi mente.
Que me deje vivir.

SALIR A LA SUPERFÍCIE: Después que la ola arrase con todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora