pasado (2) - poesía

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𝙊tros no la entienden pero a mí siempre me ha gustado la poesía, siempre me ha salido innata.
Las rimas, los parágrafos, la emoción y las palabras empleadas. Escuchar a tu mente y a tu corazón, todo aquello que tu cuerpo grita y se ve reflejado en un texto.

Siempre me ha parecido más bonito decir "emplear" que "usar". "Resplandecer" que "brillar".
El poder de las palabras me fascina y me atrae.
Encontrar un sentido, la intención principal a un poema, un texto enigmático repleto de palabras olvidadas es mi espacio seguro.

No fallas en la poesía. Si te sale confuso, eso sólo te dice que tu mente también lo está. Si resulta ser algo muy profundo y triste, a lo mejor deberías replantearte cómo te afecta ese tema.
La poesía es un reflejo de ti mismo.
No fallas, te entiendes.

Y aunque mis compañeros de clase dicen que la poesía es un muermo, ya no me importa. He aprendido a sonreír delante de estas opiniones, pues sé que no las puedo cambiar. Yo he encontrado una vocación, mi momento especial del día.

He decidido guardar esta parte tan importante de mi esencia para mi misma.

He aprendido a escribir a escondidas. A ser sólo papel y alma, palabras y mente, parágrafos y emoción. A vibrar y a fluir sin sobrepensar. A dejarme llevar por mis manos, que escriban lo que retienen.

He aprendido a escucharme y a plasmarlo en un papel. En papeles que sacuden mi cuerpo y erizan mi piel, descubriendo partes de mí que no conocía.

Porqué la poesía es algo más. Es una fuerza que se esconde bajo mi piel. Que pide salir, ser comprendida y reformada.

Y si pide salir,
yo no se lo voy a impedir.

SALIR A LA SUPERFÍCIE: Después que la ola arrase con todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora