Pov: Nico.
No sé en qué momento acepté a tener a un adolescente de tan solo 17 años como compañero de habitación, mientras que estuviésemos juntos en la selección.
Pero lo que si sabía es que al día siguiente me vengaria muy bien de el,ya que claramente yo era el menos vengativo,o eso creía el,pero no cayó en la cuenta cuando me hechó agua helada en todo el rostro,tanto hasta creo que había algún que otro cubito de hielo.
Así que me levanté de la cómoda cama para enfrentarlo,pero el muy cobarde había huido así que corrí tras él.
—LAMINEEE, COMO NO APAREZCAS AHORA MISMO TE JURO QUE HAGO A TU NOVIA SALMA VIUDA!!!—grité en medio del pasillo,viendo cómo el chico moreno se habia colocado detrás de Morata,que por su cara podia saber que se encontraba descorjonandose /riéndose,por el lío que estábamos armando.
—Pero que pasa,no sabéis lo que es el silencio o que?—de repente una de las puertas se abrió, revelando al compañero de equipo de Yamal,el canario nos miró con una ceja alzada, aunque a mí,o bueno a todos en el pasillo nos hizo gracia como nos miraba mientras que comía un plátano de la famosa marca en la que él salía en anuncios.
—Alvaro no te lo voy a repetir,te juro que como no te apartes te lanzo un libro de Lengua Castellana y Literatura de cuarto de la E.S.O en tu tan preciada cabeza—como ví que no se apartaba y seguía sonriendo.
—Sabes que si te doy,te quedas sin tu superpoder de poder aguantar cucharas con tu orejas,y no creo que Alice te vea igual—subí mis hombros con indiferencia, aunque sonreí maliciosamente como el gato de Alicia en el país de la maravilla,cuando se apartó de Lamine con una cara de asustado.
—Noo,mi cara no,todo menos mi rostro—se puso detrás de Pedri,mientras que se aguantaba la cabeza.
—Tio en serio?—dijo Lamine, aunque no le dió tiempo a huir,ya que lo agarré de ambos brazos y lo arrastre por todo el pasillo con dirección hacia la piscina privada que utlilizabamos en nuestros tiempos libres.
Aunque justo cuando iba a empujarlo,fue salvado por la campana,ya que nuestro seleccionador nos avisaba que nos teníamos que ir yendo hacia el comedor para desayunar y ya después coger el autobús e ir directo hacia el estadio en dónde disputariamos el partido amistoso (antes de la Eurocopa)de esa noche contra Irlanda del Norte.
Yo tan solo solté al niño y lo señalé amenazandolo tranquilo.
—Te has salvado,pero ten cuidado está noche...
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