Para toda la U.A.C es obvio que Jane y Spencer deberían terminar juntos. Los únicos que parecen no darse cuenta son ellos, que han desarrollado una hermosa amistad entre trucos de magia, chistes de filosofía e historias de miedo.
A pesar de que Jane...
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En este par de meses que han pasado, la relación entre Spencer y yo se ha fortalecido, los momentos dulces han durado mucho más de lo que creí. Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo juntos, y cuando Spencer sale de la ciudad por su trabajo, nos mantenemos comunicados por videollamada, algo a lo que al principio Spencer estuvo reacio, pero luego de darse cuenta de lo útil que es, no puso más quejas. Quiero decir: pasamos todo el tiempo juntos, pero esos viajes que él hace nos ayudan a mantener la magia activa dentro de la relación, a veces es bueno extrañarnos un poco.
Y lo que más me gusta de esto, son las citas que tenemos en su departamento para leer un poco, o ver algunos capítulos de la serie con la que me ha enviciado Spencer: Doctor Who. Hacemos cosas normales como las otras parejas como salir a cenar, ir al cine, e incluso hacemos juntos las compras. Me he acostumbrado tanto a ello, que temo que llegue el día en que la realidad nos golpee y llegue esa mala racha en las parejas de la que todos hablan.
En pocas palabras, mi vida laboral y amorosa marcha de manera perfecta.
—¡Estoy tan feliz por ustedes dos, polluelos!—El grito de Penélope me saca de mis pensamientos de un tirón trayendome de regreso a la realidad.—¡Los dos lucen tan felices! Se nota que el amor cambia a todos...
—A mí igual me alegra que les vaya bien, chicos.—Me dice Elle de una manera más tranquila.
—Hay algo que he querido preguntar desde que supe que ustedes dos empezaron a salir.—Observo con curiosidad a Morgan y la sonrisa malvada que me brinda.—¿Cómo..
—¡Morgan!—Le advierte Penelope y Elle solamente sonríe con maldad.
—Tranquila, preciosa.—Canturrea sin borrar su sonrisa. Lo que me causa algo de miedo, porque esa expresión solo la pone cuando tiene algo planeado.—No seré tan específico.
—Solo suéltalo, Morgan.—Le ordeno y entrecierro los ojos en su dirección.
—Oh, aquí va..
—No quieres saberlo, linda.
—Bien.—Alza las manos en señal de rendición.—Tú lo pediste, así que aquí va. ¿Cómo es el doctor Reid en la cama, Jane?
Casi me atraganto con mi propia saliva.
—¡Definitivamente no voy a responder a eso!
Y claro que no puedo, porque él y yo aun no damos ese paso.
—¡Ay, por favor, muñeca!—Alza su trago de whisky.—Vamos. Quiero saberlo.
—¿En serio?—Alzo una ceja.—¿Por qué no mejor le pides que te lo compruebas...
Las carcajadas que sueltan Elle, y García me interrumpen y Morgan las ve con mala cara.
—Chicos, basta.—Pide García.—Hoy es el día de J.J.-Morgan, ¿puedes comportarte?
