Para toda la U.A.C es obvio que Jane y Spencer deberían terminar juntos. Los únicos que parecen no darse cuenta son ellos, que han desarrollado una hermosa amistad entre trucos de magia, chistes de filosofía e historias de miedo.
A pesar de que Jane...
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¡Voy a ser papá de una niña!
No puedo creerlo.
Es un sueño ver a Jane embarazada. Verla todas las mañana al despertar, lo hermosa que se ve cuando se para en medio del jardín con su vientre de seis meses, de solo pensar en su sonrisa y la manera en la que habla con nuestra hija mi corazón se calienta. Solo... No puedo explicar todo lo que me produce eso.
Jane y mi hija son lo mejor que me pudo haber pasado. Estoy más que agradecido con la vida por darnos la dicha de ser padres.
—¿Doctor Reid?
Parpadeo, enfocando la vista en un oficial. Creo que es hermano de Alex. ¡Sí! La única queja que tengo de Jane es que me haya convencido de venir a Misuri para ayudar al padre de Alex con un caso. Se supone que tengo que estar en casa con ella y mi hija, cuidándolas y mimando a Jane. Me rompe el corazón dejarla sola.
¿Estará bien?
¿Ya habrá tomado el ácido fólico?
¿Ya comió?
¿Y si se siente sola? ¿O si se asusta porque mi hija no se mueve? Necesita escucharme para hacerlo.
—¿Reid?
Salgo de mis pensamientos y le presto atención a David. De manera disimulada, hace un gesto hacia los oficiales de policía que tengo enfrente esperando a que hable.
—Lo siento.—Mascullo y me aclaro la garganta.—Él...Es probable que a nuestro ignoto lo motive la venganza, ya que hasta ahora sus víctimas han sido personas específicas, y a todas las hemos encontrado con el mismo método de...
—¿Se siente bien?
Frunzo el ceño ante la pregunta de uno de los elementos de la policía. Sinceramente no sé por qué lo dice.
—La mano. La tiene sobre el estómago... ¿Está bien?
¿Qué...
Lentamente, bajo la mirada hacia donde señala. Una de mis manos está sobre mi estómago, justo como Jane sujeta su vientre a todas horas.
—Oh...¡Sí! Estoy bien... Yo estoy bien. Es solo una costumbre.—Me mira sin entender.—Mi esposa está embarazada, y todo el tiempo tiene su mano sobre su vientre... Así que..—Me encojo de hombros.—Inconscientemente lo copié.
Tengo todas las miradas sobre mí, y es cuando me doy cuenta de que acabo de decir algo que no debía decir. Estoy dando el perfil de un asesino, y me sienta mal hablar de Jane y mi bebé al mismo tiempo.
