Capítulo 31.

600 78 4
                                    

—Hola, muñeca

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Hola, muñeca. ¿Cómo va todo?

Sonrío levemente al ver a Morgan. Parece que viene de un caso. Lo sé por la maleta de piel qué trae colgada sobre su hombro.

—He tenido mejores días.

—¿Dónde está el niño bonito?

Señalo con la barbilla la puerta del cuarto de baño. Todos tenemos necesidades fisiológicas.

—Claro. Reid es de esos que solo te dejaría sola para ir al baño.—Bromea y, por primera vez desde que recordé a mi bebé, me río.—¡Oh! Mira que hermosa te ves cuando sonríes. Ya extrañábamos esa risa por aquí.

—Y yo extrañaba esa sonrisa tan encantadora que tienes, Morgan.

—Lo sé.—Se ríe y se sienta en el sofá al lado de la camilla.—Todos la aman. Y pasaste mucho tiempo sin verla, así que es normal que la extrañes. Pero tranquila que la vas a ver seguido a partir de ahora.

—¡Oh, Dios! Eres tan arrogante.

—¡No soy arrogante! Solo estoy siendo sincero.—Se encoge de hombros.

—Eres un arrogante, Derek Morgan.

—¿Desde cuándo decir la verdad es ser arrogante?—Frunce el ceño, ofendido.

Spencer abre la puerta del baño y no luce sorprendido al ver a Morgan sentado en el sofá de una manera relajada.

—Llegaste. ¿Trajiste lo que te pedí?

—Todo está ahí.—Se pone de pie y le entrega la maleta.—No metí ni saque nada.

—¿Qué trajo?

—Ropa.—Me responde Spencer hurgando en la maleta.—Necesitaba un cambio de ropa.

—Has pasado todo el día aquí. Ya era hora, Spence...

Me mira con los ojos entrecerrados.

—¿Estás sugiriendo qué necesito una ducha?

—La necesitas, Spence. Te amo, pero..

—¿Qué?—Sé olfatea el cuello de la camisa, preocupado.—¿Huelo mal? ¿En serio?

—No hagan eso delante de mí, chicos.—Exclama Morgan.—No quiero saber si Reid se ducha o no. No necesito esas imágenes en mi cabeza.

Spencer abre la boca, listo para soltar uno de  esos datos curiosos, pero un par de toques en la puerta lo interrumpen.

—Debe ser J.J.

Spencer me observa preocupado. No necesita decir nada. Simplemente asiento con la cabeza. Ya estoy enterada sobre el nacimiento de Henry, y el verlo no me causará nada. Solo es un bebé... Lindo... Me duele mi pérdida, pero jamás rechazaría a alguien tan inocente como otro bebé.

Fallen leavesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora