Capítulo 19

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—¿Cuánto llevo aquí? —decía Mini Bowser.

—No lo sé, la princesa me pidió que no te dijera el tiempo que pasarás aquí. De esa forma no te sentirías... ¿solo? No sé, además, en realidad no lo sé —Luigi metió la comida para Bowser en la jaula.

—Te odio —dijo Bowser frunciendo el ceño.

—Bueno, ahora sé que sí sientes algo —lo ignoró Luigi.

—¡Tú eres un estúpido ser indefenso! —gritó Bowser, generando una bola de fuego en su boca, que al escupirla era tan pequeña que solo quemó un poco de la tela del traje del fontanero—. Yo soy el rey.

—Cállate —le dijo de forma brusca—. Mucho rey y todo, pero sigues aquí encerrado.

Luigi vio cómo esas palabras le hicieron daño a Bowser.

—¿Qué pasaría si... lograras escapar?

Bowser lo miró extrañado mientras mordisqueaba un trozo de kiwi que le habían traído para comer.

—Primero, volvería a mi tamaño normal. Luego intentaría llevarme a Peach, ella es mi princesa.

—¿Por qué tanto afán con eso?

—Siento que estoy cerca de enamorarla.

—¿Por...?

—No tengo por qué decírtelo —hubo un gran silencio—. No obstante, eres el único ser inteligente que al menos me cruza palabra.

Luigi lo seguía mirando.

—Cartas —dijo Bowser, y el corazón de Luigi dio un brinco—. Finalmente respondió una de mis cartas y... siento que hemos tenido un poco de conexión, ¿sabes? Pero en lo que llevo aquí, ella ni siquiera se ha acercado a mí, como si esas cartas no le importaran. Honestamente, solo has...

—¿Has...?

—Solo has venido tú. Ahora que lo pienso, ¿por qué? Eres el único que viene y habla conmigo.

Luigi, algo nervioso, se rascó la nuca. Mario le había dicho que lo hacía siempre que estaba nervioso; ya era como un rasgo típico.

—Seré honesto contigo —finalmente lo sería—. Mira, estando en esta posición... ya sabes, ser pequeño y dócil, hace que... sea fácil hablar contigo. Y lo digo sin conocerte bien, solo he hablado contigo un par de veces. Es interesante saber que no todo el tiempo actúas como si fueras un dios supremo o algo por el estilo y que podemos tener este tipo de conversación, sin que estés a punto de lanzarme a la lava o algo así.

—Admito que... bueno... también encuentro agradables estas charlas.

Luigi, sorprendido, rió por lo bajo. Bowser, el rey de los koopas, siempre había sido visto como una figura temible, pero en ese instante, se sintió conmovido. Luigi seguía riendo. Por alguna razón... estaba empezando a no odiarlo tanto. Pero ver aquellos ojos azules, parecidos al infinito mar, lo enojaba... quería ver los ojos de la princesa... no los suyos.

¿Era eso... verdad?

Indefenso - Jessica  Castillo  (Lemon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora