—Honestamente, creí que estarías más... escandaloso —dijo Luigi al entrar al cuarto donde estaba cautivo Bowser.
—Ahg —se quejó Bowser—. Lárgate de aquí, fontanero.
—En realidad, vengo a traerte algo —con cuidado de que no huya, introdujo una pequeña bandeja con comida y agua.
—¿Por qué? Se supone que soy un prisionero; los prisioneros no merecen tratados así —se acercó a las rejas de la jaula y le gritó—. ¡Así no lo hace un rey!
—Puede que tú lo hagas así, Bowser —se le acercó y le hizo contacto visual—, pero nosotros no somos monstruos aquí —dijo severamente, retándolo.
Bowser sintió un breve déjà vu por el acontecimiento de que lo retara, pero eso pasó de largo y se enojó con él.
—¡¿Con quién crees que hablas?!
—Contigo —con su dedo lo empujó dentro de la jaula. Luigi pudo ver cómo gruñó—. Ahora come, no me iré hasta que lo hagas.
Bowser gruñó y refunfuñó, pero hizo caso al fontanero. Vio cómo este miraba por una ventana que tenía.
—¿Siempre has tenido ese color de ojos?
Luigi se volteó e hizo contacto visual con Bowser, aquel ser chiquito que, mientras comía una rebanada de manzana, lo miraba con cierta curiosidad... e incluso ternura.
—¿A qué te refieres?
—No eres de este mundo, lo recuerdo —mordió otra vez la manzana—. Llegaste con tu hermano hace mucho tiempo, de la nada —habló con la boca llena.
—¿Y? ¿Eso qué tiene que ver?
—¿Siempre tuviste el color de ojos de ahora? ¿O comiste algo en este mundo que los cambió?
—Siempre han sido así. No sé si siquiera existe algo aquí que cambie el color —Luigi lo veía mientras Bowser, con ayuda de un pitillo, bebía un poco de jugo—. ¿Por qué la...? —antes de terminar, Bowser lo interrumpió.
—Tus ojos me recuerdan a alguien más.
Ambos se quedaron en silencio. Luigi sintió algo de pánico... ¿lo había descubierto?
—¿No temes de mí? —seguían las preguntas.
—No, en ese tamaño... no, das risa.
—¡Oye! —Bowser iba a responderle enojado, pero se calló al verlo sonreír levemente. Ladeó su cabeza, curioso. ¿Por qué este humano le generaba esto?
—¡Lu! —llamó Mario desde afuera del cuarto.
Luigi suspiró y se acercó a la salida, verificando que la jaula estuviera cerrada correctamente.
—No.
—¿Qué? —dijo Bowser al oírlo.
—Digo que no, no me asustas, lo cual es raro, porque en general todo me asusta, hasta mi propia sombra —bromeó—. Este es un mundo nuevo y, aunque llevamos bastante tiempo aquí, descubro cosas nuevas a diario. Me asusta... pero por alguna razón, tú no, seas chiquito o un gran...
—¿Monstruo?
—No, no me gusta la palabra «monstruo» —Luigi escuchó que lo llamaban nuevamente; debía irse—, porque esa definición no encaja contigo.
Y se fue, dejando a Bowser pensativo... todo esto le generaba un déjà vu extraño... no podía dejar de pensar.
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Indefenso - Jessica Castillo (Lemon)
Fiksi PenggemarUna idea loca lleva a Luigi a responder cartas de el temeroso Rey de los Koppas;Bowser,sin esperar que las palabras sinceras en aquellas cartas de aquel "monstruo " serían suficientes para cautivar su corazón. ¿Acaso su corazón indefenso y cautivida...