Me encontraba un poco nerviosa, no sabía donde me llevaría ahora. Ya habíamos comido, conversamos bastante que digamos, para ser la primera vez que salíamos. El era de algún modo "interesante", me hizo reír en bastantes ocasiones y digamos que no sospechaba de él, digo, de poseer ese don.
Harry aparcó en un sector despejado, no había ni un sólo auto más y traté de calmarme. Harry salió del auto para abrirme la puerta, le agradecí y este sonrió.
-Hay que caminar un poco -dijo rascándose la nuca -; ¿Te molesta eso?.
Lo mire un momento, ¿como me va a molestar si me mira de esa forma?
-Por supuesto que no, Harry-le respondí sonriendo.
El asintió un poco avergonzado -lo podía notar- y comenzó a guiarme.
Caminamos como en una especie de subida, pero estoy segura que mis ojos brillaron con aquella hermosa vista que se esparcia frente a mis ojos.
-Esto, ¿te gusta?-pregunto él chico.
Yo solté un jadeo en respuesta y lo mire sonriendo a lo grande.
-¿Estas de broma?-pregunté incredula-; Esto es hermoso-casi chille.
El soltó una pequeña risa, que me pareció linda.
Controlate Maggie, es Harry.
Me repetí en la cabeza. Mire el lindo paisaje frente a mi, desde aquí se podía ver prácticamente toda la cuidad.
-¿Cómo has encontrado esto?-pregunté aun asombrada.
El río y suspiro.
-Solían traerme aquí-casi susurro débilmente.
Y la curiosidad de instaló en mi, ¿quien solía traerlo? ¿por qué lo dijo de aquella forma tan dolorosa? ¿habrá venido aquí con algunas de sus novias?. Quería preguntarle todo y más, pero no queria incomodarlo, puesto a eso sólo lo dejé así.
-Es hermoso-respondí.
El susurro algo que no pude escuchar, y lo mire.
-¿Qué?-le pregunté confundida.
El cerro los ojos y pareció pensar un mometo.
-N-no más que tú, Magg. Nadie ni nada lo es más que tú-respondió suspirando y girando para verme a los ojos.
No podía creer lo que estaba pasando, él, Harry Styles me estaba diciendo aquellas hemosas palabras, las cuales nunca, nadie, ningún chico me a dicho en mi vida.
Pude ver un brillo en sus bonitos ojos, estos ya no estaban fríos como antes, estos ahora eran cálidos y bonitos, muy bonitos. Yo solo lo mire, quería decirle que él era hermoso, que era gran chico, que ahora ya no creía en todo esas tontas y malas cosas que decían de él, porque él aquí conmigo no se mostraba de aquella forma.
-Dime que ya no me tienes miedo-susurro acercándose -Por favor, amor dime que no lo haces más.
Lo mire mientras tragaba, el era lindo. Me había llamado amor, joder. Quería decirle que no le tenía miedo en este momento, pero nada salía de mi boca.
-Prometo dejarte entrar en mi vida, prometo contarte cada mierda de mi vida, Magg. Si tu quieres, hazme la pregunta que tu quieras -dijo con desesperación acercándose lentamente, quedando a pocos centímetros.
No lo hago, no te tengo miedo ahora.
-Maggie, por favor-el casi rogó.
Mire su expresión dolida y derrotada después de unos segundos.
-N-no lo hago, ya no te tengo miedo-logre decir en susurros.
Pero él lo escucho y pude ver el bonito brillo volviendo a sus ojos, mientras se acercaba y acortaba la poca distancia, juntando nuestras frentes.
