♡ ℂ𝕒𝕡𝕚́𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟙𝟙 ♡

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Gracias a Dios supe cómo llegar al comedor en el que ahora me encuentro, y no me perdí como una tonta. Me senté en una mesa junto a Allison y Zahira, se presentaron y al parecer se llevan bastante bien. La verdad me alegro, no estoy para más problemas en este día.
Estaba comiendo un sándwich mientras mi mejor amiga y mi compañera de salón cuentan anécdotas al azar y comienzan a reír; cuando me di cuenta de que en la mesa de fondo se encontraba el peliblanco Walker sentado completamente solo. Siempre imaginé que sería ese típico chico popular lleno de amigos y rodeado de chicas, pero al parecer me equivoqué.
No sé si sea buena idea acercarme, pero qué más dá. "Buenas ideas" no es mi segundo nombre.

Me levanto de mi asiento y comienzo a esquivar a algunos estudiantes que pasaban de allá para acá; para poder llegar hasta su mesa.

-Hola, Walker- Saludo sentándome en una de las sillas.

-¿Qué quieres, hormiga?- Pregunta sin levantar la vista de su plato.

-¿Por qué estás aquí solo?...

-Para no tener que hablar con insectos como tú- Levanta la vista hacia mí, mientras yo me encojo en mi lugar.

-¿Se puede saber cómo te llamas?- Pregunto ignorando su insulto- Está claro que Walker es sólo tu apellido.

-No seas tan preguntona. No te importa.

-Exacto, no me importa. Pero aún así quisiera saber tu nombre.

-Pues sigue queriendo- Se levanta de su silla dejándome con las palabras en la boca- Ah, por cierto- Continua- Ahí te dejé unas migajas de pan para que las lleves a tu hormiguero, pequeña hormiga- Sonríe triunfante y procede a marcharse del comedor, dejándome como una completa imbécil.

¿Quién se cree este chico? Está claro que no seguiré así por mucho tiempo. Le pagaré con su propia moneda.

-Lay, ¿En dónde estabas?- Pregunta Ali una vez vuelvo a la mesa.

-Solo había ido al baño- Miento mientras tomo lugar frente a ellas.

-Bueno... ¿En qué estábamos?- Pregunta girándose nuevamente hacia Zahira- Ah sí, me dijiste que me ibas a presentar a unos amigos.

-Emm..Nunca dije e...

-Sé que nunca lo dijiste, querida. Pero igual no sería mala idea- Le giña un ojo y le sonríe pícara, haciendo que ambas soltemos una carcajada.

-Chicas, tengo que irme- Digo luego de un rato. -Necesito tomar algo de aire libre.

Aún quedan 10 minutos de descanso, así que salgo del comedor y me dirijo hacia el patio. Por alguna razón cuando bajo las escaleras todo el lugar está vacío, supongo que es porque todos siguen en el comedor.
Pensé que no había nadie, pero esos pensamientos se esfumaron cuando vi a alguien sentado bajo un árbol. Y no era nadie más que ese demonio que al parecer no puedo dar tres pasos sin topármelo. Esta vez decido ignorarlo y tomo asiento en uno de los bancos a unos cuántos metros de distancia.

-¿Acaso me estás siguiendo?- Dice una voz detrás de mí, que al instante sé de quién proviene.

-¿Por qué tendría que seguirte? Solo vine al patio un rato.

-Sisi claro, cómo tú digas, hormiguita.

-En serio te detesto ¿Sabes?- Digo girando mi cabeza hacia el otro lado.

-Sé que no me detestas, hormiguita- Levanta su mano izquierda y agarra mi mentón con autoridad y hacer que mire sus ojos fijamente- Los ojos no mienten,...y los tuyos siempre brillan al verme.

-Eres un maldito engreído- Me suelto de su agarre.

-Lo sé, y me encanta.

-¿Por qué eres así conmigo, eh?- Pregunto refiriéndome a su forma de actuar.

-No soy así solo contigo, hormiga. Soy así con todos y tú no eres la excepción- Se levanta del banco y comienza a caminar hacia el interior de la estructura, acompañado por el sonido de un timbre.

Bajo el Cielo de tus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora