♡ ℂ𝕒𝕡𝕚́𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟙𝟡 ♡

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Sinceramente la noche pasó más rápido de lo que me gustaría. Ya son las 4:00 AM cuando nos dirigimos hacia mi casa. Por mucho que me negué, Dylan insistió en acompañarme. A esta hora las calles suelen ponerse más peligrosas, pues es cuando comienzan los asaltos, robos, etc; creo que entiendo su preocupación. Dudo mucho que algo nos pueda pasar pero no niego que me encanta su compañía.
Vamos riendo y hablando sobre algunas anécdotas de la infancia.

-...y digamos que por eso soy tan distante con los demás- concluye restándole importancia a su relato.

-Wow, si que tienes muchas historias escondidas.

-Soy interesante- Sonríe orgulloso- Por cierto, ¿Que piensas hacer hoy? ¿Tienes planes?

-No creo. Sinceramente solo tengo ganas de encerrarme en mi cuarto y pasar el rato con mi mejor amiga, hace días que no la veo.

-Bueno si quieres podría ir contigo a algún lugar, al que gustes- Sonríe, tímido.

-Me encantaría- Le devuelvo la sonrisa.

-Sabes...Ahora que lo pienso nunca te he visto caerte. Sería gracioso- Comienza a reír.

-¿Es enserio? No sería gracioso- Digo frunciendo el ceño.

-Para tí no, hormiguita. Pero para mí, sin dudas lo sería- Coloca uno de sus pies delante de los míos, provocando que me tropezara como tonta, pero antes de caer al suelo me sujeta el brazo, impidiéndolo.

-¡Tonto!- Le doy un golpe en el pecho con la poca fuerza que tengo, mientras él comienza a reír.

-Por lo menos impedí que cayeras. Deberías agradecérmelo.

-Pues gracias y no gracias.

-Por nada, hormiguita.

Estamos casi a unas calles de llegar a casa cuando me percato de la presencia de un chico alto, parado en la esquina de una de ellas; con una botella de alcohol en la mano. Era imposible ver su rostro por la oscuridad de la noche, así que seguimos nuestro camino.
Luego de un rato comienzo a sentir que alguien nos está siguiendo, pero no le comento nada a Dylan porque no quiero interrumpirle, se encuentra hablando sobre su gran pasión por la astronomía.

-Oh, cierto, se me había olvidado. Te traje un regalito- Dice sonriendo mientras buscaba en uno de los bolsillos de su sudadera negra- Cierra los ojos.

-Vale- Sonrío y obedezco, mientras agarra una de mis manos y deja algo circular en ella.

-Listo - Abro los ojos lentamente y no puedo evitar soltar un chillido de alegría al ver en mis manos una pequeña lámpara de Luna.

-¡Es hermosa! ¡Siempre había querido una de estas, Muchísimas gracias!- Doy un salto hacia él rodeando su cintura con mis piernas, mientras le abrazo fuertemente.

-Que bueno que te haya gustado, Layla- Dice entre risas por mi reacción.

-Oh, disculpen la interrupción, muchachos- Una voz masculina me saca de mis casillas. Me suena familiar.
Rápidamente me bajo de los brazos de Dylan para observar a mi alrededor, lo noto a él igual de descolocado que yo.
»Aquí estoy- Dice la misma voz, saliendo de detrás de uno de los árboles cercanos- ¿Cómo han pasado la noche? ¡Ah no, cierto, que tonto soy! He visto todas y cada una de las cosas que han hecho. En serio, querida Layla, deberías de fijarte más de quiénes están a tu alrededor, eres muy despistada.«

¡No puede ser! Me quedé mirando con la boca abierta a...¡Reth! ¡Ese maldito imbécil!

-¿¡Que haces aquí, Reth?!- Escucho a Dylan gritarle, agarrando una de mis manos. Ese gesto me brindó un poco de seguridad, aún cuando estaba cagada del miedo.

Bajo el Cielo de tus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora