18

48 9 0
                                    

—Ishi—una pequeña mano jalaba con delicadeza la manga color blanco de mi camisa—, ¿vamos a entrar a esa cueva fea?

—Si no quieres ir no lo hagas. —dije acariciando los cabellos rubios de mi hermana menor.

—No quiero ser cobarde. —contestó ese día cruzando los brazos haciendo fingir enojo.

—Todavía te queda tiempo para ser valiente, Johari—habló Luka dándole confianza y seguridad con su mirada cálida, esa mirada; siempre que la recuerdo me hace pensar en el otoño.

—Pero yo quiero ser valiente ahora.

—Entonces pasa chica valiente. —Le di un pequeño empujón portando una sonrisa en mi rostro.

—¡No te rías de mí!

—No lo hago. —Estallé a carcajadas. Siempre era divertido molestar a Johari.

—¡Mentirosa!

Bermont, el hermano del medio, avanzó hacia la oscuridad con la pequeña antorcha que había fabricado en el momento en que nosotros bromeábamos. Los demás seguimos aquel cabello castaño oscuro en su trayecto a lo desconocido, adentrándonos en la oscuridad cada vez más.

—¡Cuidado! —exclamó asustado mi corpulento hermano mayor mientras sacaba las manos de su cabello verdoso al ver una serpiente que tenía cabezas ubicadas en su cola y cuello intentando atacarme con sus colmillos llenos de veneno.

Cuando lo escuché, puse mis sentidos en alerta y estallé mi puño con fuerza en una de las cabezas de la serpiente.

—Solo era una Anfisbena, Luka. —dije despreocupada acariciando mis nudillos cubiertos del líquido verde, que se notaba por la luz de la antorcha.

—Ishi, me asusté mucho—mi hermanita de cabellos color oro abrazaba fuertemente a Bermont mientras portaba unos ojos llorosos y voz temblorosa.

—Nunca te pasará nada mientras te encuentres con nosotros—contesté sonriéndole y haciendo que mi pequeña niña sienta alivio con esas palabras.

Seguimos nuestro camino, avanzamos, tuvimos que pelear con criaturas más fuertes que otras hasta casi llegar al destino. Vimos antorchas ubicadas en las paredes que no parecían apagarse nunca.

«¿En qué momento pusieron estas fuentes de luz? No tiene sentido que haya sido hace poco tiempo, pero tampoco hace mucho» me pregunté mientras seguía caminando lentamente.

En el fondo podía divisarse la luz que tanto deseábamos encontrar.

—¿Qué es esto? —preguntó Luka asombrado mientras rascaba sus cabellos verdes, avanzando por detrás de nosotros, siguiendo a Bermont, que en un principio tenía la única fuente de luz en sus manos.

Nos detuvimos en el momento que ya no pudimos observar suelo bajo nuestros pies. Bermont intentó pisar el espacio vacío pensando que era una ilusión, pero era un pozo real, uno en el que no se veía fin. Eso lo asustó haciendo que retrocediese unos tres pasos.

—¿Cómo cruzamos? Estamos a unos cinco metros de llegar al otro lado. —Con sus brazos delgados, mi hermano agarró fuertemente a Johari mientras miraba como una incógnita el obstáculo que tenía al frente.

—Es fácil, déjamelo a mí. —Aparté a mi hermano, el castaño y me impulsé para de dar un salto—. ¡Quédense ahí! —grité al llegar torpemente al otro lado.

—¡Ishi, tráeme un regalito! —mi hermanita con sus ojos azules e ilusionados me saludó desde el otro lado con una gran sonrisa.

Solamente asentí antes de darme vuelta.

OTRO MUNDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora