La criatura causante de todo se encontraba arriba de los adolescentes; era un ave de color dorado que tenía aproximadamente dos metros de alto, volaba con alas tan grandes como su cuerpo, mientras los estudiantes allí intentaban resguardarse de los escombros que caían sobre ellos.
Arata largó un pequeño quejido luego de ser golpeado en su cabeza ya que no había alcanzado a cubrirse.
A gran velocidad, unos brazos cubrieron el cuerpo de Kasumi.
—¿Estás bien? —la voz de Ishi se escuchaba agitada.
—¿Que es esa cosa? —preguntó la chica bajo sus brazos, mientras apretaba las telas de su ropa con fuerza, podían sentirse los temblores en sus manos. Estaba demasiado inquieta.
—Es un Fenghuang... Mierda.—Sus ojos color esmeralda se posaron en la criatura.
—¡Nunca vi una bestia tan de cerca! —el castaño, como nadie, poseía una gran sonrisa en su rostro.
Las manos toscas de la chica más alta empujaron el frágil cuerpo de la joven que tenía arropada en sus brazos hace solamente unos instantes.
—¡Kasumi! Saca la esfera que te di y acuérdate de lo que te dije que hicieras cuando estés en problemas.
—¿¡Y tú que harás!? ¡Tengo que llevarte viva a casa, Ishi! —su voz denotaba desesperación.
—¡No importa lo que me pase, tú y él tienen familia, imbéciles, usen pronto el puto talismán!
Kasumi sacó el amuleto que se ubicaba en su bolsillo.
El joven fornido se acercó a la que portaba el extraño artefacto con rapidez, mientras ella se incorporaba. Empezó a frotarlo a gran velocidad, este irradiaba cada vez más luz. Unos segundos después fueron encerrados en una esfera anaranjada.
—¿¡Qué mierda!? ¡Esto es asombroso! —sonrió el castaño, mientras observaba el lugar en donde estaba metido.
Antes de que alguien más pueda siquiera emitir sonido, la criatura llamada Fenghuang agarró el cráneo de la pelirroja ejerciendo presión con su dedo superior para luego lanzarla con rapidez hacia el suelo, haciendo que este se agriete por el impacto.
—¡Ishi! —un grito de desesperación se hizo presente a unos metros de la pelea.
Con fuerza, su rostro pudo librarse de las garras de aquel animal luego del impacto, y en aquel instante colocó a gran velocidad el puño en el rostro de la criatura, haciendo que este pierda el agarre por un momento. La pelirroja, aprovechando la oportunidad, salió de aquella pose desventajosa, para luego ubicarse encima del Fenghuang y hacer el amague de asestarle otro golpe, pero este fue detenido por los rayos que brotaron de los ojos del contrario.
Ishi esquivó aquel inesperado ataque alejándose del ave con gran agilidad, pero cayendo al suelo. Es ahí donde empezó a retroceder apartándose lo máximo posible.
—Casi me matas pajarraco, ahora tendré que asesinarte yo a ti. —Se levantó lo antes posible y sacó un cubo metálico de su bolsillo que luego se transformaría en una espada frente a los ojos de los demás.
Gracias a que el pantalón con el que había ido a la escuela se encontraba desgarrado, se podían ver como las piernas tonificadas de la pelirroja se impulsaron en dirección a la criatura en posición de batalla que sin esperar ni un segundo más, se movieron lo más rápido que pudieron hacia el ave. La pared fue destruida por el impacto del cuerpo sobre la misma, pero lo que en verdad le había hecho daño al pájaro dorado fue tener la espada de acero enterrada en su abdomen.
Antes de cualquier otro movimiento, la mirada del Fenghuang se enrojeció, para luego lanzar su peligroso ataque ya visto hace unos segundos. Ishi apenas pudo esquivarlo moviendo su cabeza hacia un costado.

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OTRO MUNDO
FantasíaUna chica pelirroja de dieciséis años cae por un portal hacia el patio de una casa desconocida. Al despertar, se entera de que no está en el mundo al que pertenece. Sin embargo, cuando mira hacia atrás, se da cuenta de que tiene una pequeña familia...