Capítulo 11

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Después de una larga noche de pasión entre las dos mujeres y el Pokémon, había llegado la hora de levantarse.

Pero habían estado haciéndolo hasta la madrugada por lo que estos no se levantaron hasta bien pasado el medio día.

El Hooundom se despertó pensando que sería el último en hacerlo pero se sorprendió al ver que la rubia aún se encontraba durmiendo, esto era algo raro pero no le dio mayor importancia ya que después de todo habían tenido una noche de sexo salvaje y debía estar muy cansada.

Por lo que el Pokémon simplemente lamió los labios de la mujer a modo de pequeño beso como siempre solía hacer, entonces de un salto bajo de la cama y comenzó a caminar hacia la cocina de donde venía un olor muy delicioso.

Al llegar se dio cuenta de que Sonia le había preparado un enorme chuletón para desayunar.

-oh vaya ya has despertado, aquí tienes tu desayuno!-

Dijo la mujer volteándose al sentir a la presencia del animal, esta dejó un enorme plato con la carne en el suelo mientras ella tomaba asiento para desayunar también.

- mmm... Esto huele delicioso-

Dijo el Pokémon olfateando un rato aquel enorme pedazo de carne y en cuestión de segundos había comenzado a devorarlo.

Por su parte la pelinaranja lo miraba con una sonrisa y un pequeño sonrojo.

- jeje bueno pensaba que necesitarías algo de energía extra después de lo que hicimos por la noche-

Dijo la mujer dándole un pequeño sorbo a su café.

El Pokémon seguiría comiendo aquel enorme y delicioso chuletón, el animal tenía tanta hambre que se lo terminó en apenas unos minutos, Sonia simplemente la observaba con una sonrisa.

-" me alegro de que le haya gustado después de todo lo preparé especialmente para él"-

Se dijo a sí misma con una sonrisa parecía que la peli naranja ya había quedado enamorada del Pokémon o por lo menos su enamoramiento estaba comenzando.

Mientras terminaba de desayunar se escuchó como alguien llamaba a la puerta de su casa.

— ¿Uh, quién será?—

Dijo la profesora uniéndose en pie algo extrañada, pensando que quizás sería algún repartidor una mujer abrió la puerta solo para encontrarse con una joven muy emocionada.

Dijo la profesora uniéndose en pie algo extrañada, pensando que quizás sería algún repartidor una mujer abrió la puerta solo para encontrarse con una joven muy emocionada

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Frente a ella se encontraba Mencía, la joven se ajustaba su guantelete mientras ponía una cara de desafío pero esta rápidamente cambiaría a una de confusión.

—¿Ustedes la profesora Sonia? ¡No siento mucho parece que me equivoqué de casa, Cynthia me dijo que viniera a su casa y al parecer me equivoqué!—

La chica tomaba su celular y revisaba rápidamente la dirección que le había dado la campeona pero antes de que pudiera hacer algo la profesora soltó una pequeña risa.

Harem de un Hooundom Donde viven las historias. Descúbrelo ahora