Sergio observó con precisión el modo en el que el alfa se desajustaba la corbata frente al espejo que contenía aquel enorme cuarto de baño. Enorme, pulcro y más que bien iluminado. Al entrar, Sergio había quedado deslumbrado, porque era el doble de grande del que tenía en la habitación que le habían designado.
Era realmente espacioso. Además de poseer un cierto de ducha, tenía aparentemente su propio jacuzzi en un rincón. La misma estaba siendo acompañada de algunas velas encendidas en uno de sus extremos. Sergio se preguntó en qué momento habían preparado todo eso, porque al parecer el agua estaba lista.
Un ligero vapor llenaba el ambiente, empañando un poco el cristal de aquel rectangular y ancho espejo sobre el lavabo. El omega continuaba observando, atento a cada minúsculo movimiento que ejercía el de ojos azules al quitarse la camisa. Pensó que seguiría despojándose del resto de la ropa, pero en cambio se volteó hacia él y se acercó pacíficamente hasta quedar frente a frente.
Por alguna razón, el corazón de Sergio se aceleró cuando las manos del alfa comenzaron a desvestirlo. No entendía a que se debía su repentino nerviosismo. No era la primera vez que le quitaba la ropa, no era la primera vez que sus ojos y sus manos recorrían sus cuerpo.
Todo era diferente sin su celo. Ahora no lo deseaba con tal desesperación. No moría de ansias por ser dueño de su nudo. Ni siquiera se sentía seducido por la idea de que algo sexual ocurriera. Es más, ni siquiera tenía ganas de que eso pasara. Ya había tenido bastante por ese día.
Lo único que quería era un momento de paz. Además, sin su celo, sabía que sería mucho más fácil resistirse al alfa. No podía dejarse llevar por sus deseos carnales.
Aunque quizá pensándolo de otra forma, se lo debía. Es decir, no solo se había molestado en defenderlo de aquel otro alfa en la cena, sino que también lo había rescatado de caer dos pisos abajo. Tampoco olvidaba sus halagos cuando la autoestima se le había desmoronado.
Se había portado muy bien con él aquella noche, y tal vez debía demostrarle cuán agradecido estaba respondiéndoles de igual modo: portándose bien.
—Gracias —dijo Sergio de la nada, mirándolo directo a los ojos.
El alfa se limitó a esbozar una sonrisa.
—Entra —dijo este, indicando con un gesto de la cabeza el sitio en el que se ubicaba el jacuzzi.
Sergio tardó en reaccionar. Sus mejillas se encendieron con ligereza aunque no tenía sentido estar apenado. No tardó en hacerle caso, ingresando con cuidado al mismísimo paraíso.
El agua climatizada se sentía tan bien que su cuerpo adquirió con rapidez la relajación que su ser tanto anhelaba.
Un cúmulo de espuma se adueñaba de la superficie, el omega se sentía tan a gusto ahí. Jamás se imaginó estar en una situación así ni de chiste, era como un sueño cumplido. Bueno , en realidad, hospedarse en aquella mansión ya lo era, salvo por las absurdas condiciones impuestas por aquel alfa de nombre bordeado de misterio.
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Sublime Dominación || Adaptación
FanficCheco, un delicado omega amante de las noches de descontrol, tendrá que renunciar a todo cuando Max Verstappen, un dominante alfa italiano lo reclama como suyo en una fiesta que marcaría el inicio de un ardiente infierno para ambos. Esta es una adap...