Me encontraba apoyado sobre el respaldo de la pared, esperando a que alguien me atendiera. Por mientras miraba la noche, formé una o con mis labios y comencé a soltar mis respiros. Este género que saliera humo como si estuviera fumando, jamás lo hice y nunca lo haría, solo bebía café y vino, eran mis únicas drogas, se podría decir.
— ¿Vienes a charlar o a sacar tus mierdas que has cometido? — Una dulce, pero agresiva voz se escuchó en el ambiente.
— ¿Te dije que amo tu voz? Me genera excitación. La verdad, quise hacer las dos cosas, estaba aburrido en casa.
— ¿En casa de tu secretaria? Smiley la policía te está buscando, ¿Acaso no lo sabías? — me miró con atención.
— No, la verdad no le prestó atención a las noticias sobre mí. ¿Me vas a dejar entrar?
Ella se hizo a un lado y entró a la casa. Por fuera se veía horrible, pero por dentro estaba completamente decorado y muy acogedor.
— Sigues manteniendo el buen gusto —me acerqué a ella, —. ¿Dónde está el imbécil de Tobi?
— Él está con su jefe, ya sabes quién, y se va un tiempo y después vuelve. Ya me tiene cansada.
— Para eso estoy aquí — perseguí su mirada.
— Lose, me alegra que estés aquí, sabes bien cuando me siento mal, Smiley.
— ¿Recuerdas lo que me dijiste una vez? El de ser amantes — la tomé de sus caderas acercándola a mí.
—Sí, y aún lo somos, Smiley extraño tu cuerpo — ella comenzó a sonrojarse.
Puse mis gruesas manos en sus pechos y comenze a masajearlos. Su rostro cambió a una de satisfacción, mientras que por mi lado formé una sonrisa.
— hazlo — comenzó a jadear.
En eso le quité su camisa y lo que pasó después, no se los puedo contar.
— S–smiley ahhhh.
…
Al día siguiente me levanté para hacer el desayuno. La casa era fría por las mañanas, ya la conocía muy bien. Afuera había niebla y la hierba estaba completamente mojada.
— Buenos días, Smiley
Clockwork se acercó a mí y me besó en los labios. Claramente, le correspondí, hacía mucho tiempo que nos veíamos.
— Buenos días, Nataly, ¿cómo te encuentras hoy? — dije riéndome.
— Odio que me digan así, pero solo por ser tú me puedes llamar por mi nombre.
— ¿Por qué crees que te lo dijo? — solté una risita
Ella me miró enamorada y, a la vez molesta, eran esos días en los que ella cambiaba de humor. Ya la conocía bastante bien y su humor solía tolerarlo, no como el de Karen, que era una tormenta sobre otra. No clockwork o Nataly eran distintos, ya que compartimos los mismos gustos en el asesinar, sin motivo alguno. Un día nos conocimos y comenzamos una especie de romance. Aun así, ella es mi favorita y antes toda la única mujer por la que perdí la cabeza.
— ¿Te irás hoy, Smiley sabes que no me gusta que me abandones? — Me miró con un solo ojo verde, ya que en el otro tenía un reloj.
— La verdad cariño debo volver fue divertido hasta donde duró. Pero volveré nuevamente a tu lado cuando menos te lo esperes.
Sin más bebí mi café y la abrazes el sol apenas estaba saliendo, así que nos dimos un cálido y apasionado beso.
Pov Clockwork
Smiley era distinto a los otros hombres, era único y inigualable su forma de caminar, el de hablarte. Todo lo que conoces como un hombre caballeroso estaba en él, pero cada vez que él se iba era difícil decir adiós.
— Te amo Smiley, pero no te pertenezco.
Continuará.
