Ya era de noche en la prisión, había respondido varias preguntas de los oficiales, estos me dijeron que mañana vendría alguien especial que quería preguntarme algo en específico sin más asentí. Estaba aislado del resto de mis compañeros y para sentirme más cómodo se podría decir, seguía haciendo mi plan de fuga hasta el momento iba avanzando en el túnel con tal de salir, no sabía cómo se encontraría Karen, ya que no la veía hace semanas.Se hizo de noche y seguí trabajando sin hacer ruido, cavaba con una cuchara lo único que tenía y también usaba mis manos. Mientras el resto de los oficiales y presos dormían en sus frías camas, yo seguía trabajando, era increíble como no se daban cuenta llegue a pensar que eran unos pelmazos o tontos al no sentir ruido alguno, la tierra de la prisión estaba fresca. Tal vez, si seguía haciendo excavación, llegaría a Asia, el continente de dónde provengo, pero no, esperaba llegar aún que sea un túnel lejos de prisión.
Al día siguiente los oficiales vinieron por mí, me pusieron las esposas y me llevaron nuevamente a la sala de interrogación. Allí volvieron a hacerme preguntas tontas y absurdas que casualmente ya había respondido.
— Ya les dije mil veces que no se nada de esa mujer. Cuántas veces se los voy a repetir.
Los oficiales, no contentos con mi respuesta, comenzaron a acorralarme contra la pared, para lograr sacar algo de mi boca, o sea palabras.
En el otro lado de la ventana se encontraba el alcalde de la ciudad, esperando respuestas de su esposa y bebe ya fallecidos, los últimos que la vieron fue el doctor smiley y su secretaria y cómplice Karen. El alcalde esperaba impaciente, golpeando con las yemas de sus dedos la mesa, esperando a que aquel hombre hablara. Los oficiales usaban todos sus métodos, pero el doctor siempre respondía con las mismas palabras que no sabía nada sobre aquella mujer.
— ¡Está mintiendo! Sigan preguntando — grito aquel hombre impaciente ante las palabras del doctor smiley
PV SMILEY
Me encontraba aún sentado arto de las mismas preguntas, cada día era lo mismo. Ya se me hacía rutina responderlas, pero parecía que ellos mismo me querían volver loco, en eso escuche un grito familiar. Claro era el alcalde de esta ciudad, aún recuerdo cuando su esposa me fue a ver porque estaba esperando un bebé de él.
*Flashback*
— Doctor, la esposa del alcalde está aquí
— Hasla pasar Karen
En eso una joven hermosa, con un su notable vientre, entra por la puerta haciendo lucir su mejor ropa. Haciendo gala de mí mejores modales la hago pasar, ella se sienta en el asiento frente al mío muy majestuoso, la chica no tendría más de treinta, era joven, y con una mirada y ojos brillosos que cualquiera que la viera diría que ella es feliz con su vida.
— Doctor, ¿Puedo pasar? — aquella mujer sonrío dejando ver sus dientes
— Le diría que sí, pero ya está adentro
Ambos no reímos con ese pequeño chiste, sobre todo ella, pero sería la última vez que la vería sonreír. Me dijo su problema de que sospechaba estar embarazada del alcalde y quería estar segura, ya que el mismo la había traído a su consulta. Comencé a revisarla con seguridad, la seguridad del paciente es siempre lo primero, después cuando finalmente obtuve los resultados le dije que sus sospechas eran ciertas, entonces ella se asustó, pero finalmente después sonrió feliz.
— Momento ¿A dónde cree que va? — me quite los guantes y la misma mirada tétrica que antes tenía se volvió a formar.
— A casa con mi esposo — me miró por unos minutos como si su respuesta me terminará de convencer.
— ¿Tan rápido? Apenas comenzamos, vamos, no seas así — me acerco con un cuchillo en mi espalda.
— Tengo que irme — ella estaba a punto de salir, pero casualmente Karen había cerrado la puerta.
— Usted no irá a ningún lado — la reduje
En ese momento la até a una silla, primero la torturaría, después terminaría matándola y finalmente deshaciéndome del cuerpo. Igual que en el resto de los casos anteriores. Ella se resistía bastante, pero dejaría de hacerlo en cortos minutos, ya que me había preparado.
— ¿¡Porque rayos hace esto!? ¿¡Que le hice!? — aquella joven pálida comenzó a soltar lágrimas por sus ojos celestes.
Odio el color de esos ojos opacan a los míos. En fin seguí preparando la cirugía, ya que esa era la forma que tenía de hacer estos asesinatos, aunque está mal dicho porque yo ayudo a mis pacientes, pero las demás personas creen que esto es dañino para sus mentes, yo les diré algo ¡no saben nada! Esa es la verdad, el terror y el peligro puede estar en cualquier parte y en cualquier momento del día, cuando cruzas la calle o incluso cerca de tus amigos. Podrías estar enfrente de un psicópata sin siquiera darte cuenta, podrías ser amigo de un psicópata o aún peor tus maestros o algún familiar podrían serlo, pero yo no soy esa clase de sujeto, mi trabajo es ayudar a que las personas se sientan mejor.
Ella gritó apenas le clave la punta del cuchillo en su vientre recién formado, te preguntarás si sentí remordimiento para nada estaba complacido y lo tomé como una forma excitante de complacerme a mí mismo. Cuando finalmente ella dejó de gritar, me aburrí y me saqué los guantes. Después de deshacerme del cuerpo, corte un pedazo de sus extrañas y las coloque en un frasco, cerré el frasco y lo que quedó del cuerpo lo metí dentro de una bolsa de basura.
Un peso menos para esta putrida sociedad.
Continuará.
Hola espero te guste la historia nos vemos en la próxima actualización.
