Martes 18, 2 AM de la mañana
Acababa de traer a una joven que parecía estar muriendo de algo, fueron sus profundos ojos los que me saludaron cuando me la encontré de camino a casa por el callejón, no fue necesario usar todos mis encantos simplemente me pare frente a ella y le sonreí tomando su mano y besándosela con delicadeza.
— Te puedo ayudar — le dije, la joven sorprendida acepto gustosa y claramente me siguió.
Caminamos hasta un bloque de edificios situados a las afueras de la ciudad, subimos al tercer piso.
— Ah, hogar dulce, hogar — volví a hablar.
La invité a entrar y cerré la puerta detrás de nosotros. Quería darle un toque intimidante y, porque no sensual al ambiente, le dije que se sentará en el sillón mientras yo iba por dos vasos con agua. Quería disfrutar ese momento, no fue necesario estar cerca de ella para sentir cómo su corazón comenzaba a acelerarse. Mi cabello estaba revuelto por el viento o tal vez era la adrenalina, no lo sé, pero aún no lo descubro. Nuevamente, me acerco hasta ella, extendiéndole uno de los vasos. Ella me miró asombrada, por fin sus ojos mostraban algo de vida, aunque me fascina la escasa vida que tenían.
— ¿Q–que es eso? — pregunto
— Oh, eso no te preocupes, solo que tuve que realizar una operación de emergencia ahí — dije demostrando mis mejores modales.
Ella se volvió a apagar, y yo, por mi parte, la miraba con asombro. La chica simplemente se limitó a mirarme, pero ya habíamos hablado demasiado, nuevamente la trasladé a mi posoperatorio iluminado por una leve luz, aunque ella casi podía ver yo me conocía todo el lugar, usando actos de mis mejores modales la traslade a acostarse a la camilla allí ella finalmente mostró algo de asombro nuevamente me volvió a preguntar.
— ¿Q-que es eso? — señaló mi estante con espécimen.
— Eso querida… Son muestras de mis antiguos pacientes, una de ellas tenía un problema raro que hacía que sus glóbulos muriesen y así se fue apagando poco a poco.
La chica intentó levantarse, pero para su suerte ya había preparado mi jeringa con el líquido azul que uso en todos mis pacientes.
— Shhh tranquila, estoy aquí para ayudarte — la chica intentó moverse, pero después de eso su cuerpo se adormeció.
Mientras preparaba todo la ate de pies y manos, en eso sentí como ella despertaba lentamente.
— Bienvenida de nuevo, dormilona — dije, soltó un quejido, intentaba moverse.
Lo que vi me disgustaba. ¿Acaso nadie me iba a agradecer mi hospitalidad y amabilidad? No claro que no, sin más no lo pensé y clavé el bisturí en su estómago, hurgando entre su estómago y su riñón. Ella soltaba gritos agudos y me deleitaba con distintas muecas; sus ojos me miraban. Y nuevamente se volvieron a apagar, solté una risita, las caras que hacen al final siempre me parecen tan divertidas, sangraba por los ojos y la boca, después de eso corté un pedazo de su estómago y lo metí en un frasco completamente desinfectado.
— Otra muestra para mi colección — pensé admirando la pieza
Tire los guantes al tachito y deje mis pocas herramientas en el carrito quirúrgico.
— Otra operación realizada con éxito
Continuará
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Ig:camilanahu15
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