Esa misma tarde me fui a casa estaba extremadamente cansada, había sido un día muy agotador sobre todo cuando por culpa de mi torpeza derrame ese frasco, solo esperaba que el doctor se lo tomará bien aunque al parecer se lo había tomado con bastante tranquilidad, no había ninguna señal de mostrar estar enojado y tampoco de querer matarme.
«Es gracioso pensar eso en qué el doctor quiera matarme» aun así debía mantenerme tranquila. Era mi primer día y nos estábamos llevando dentro de todo bien, no podía quejarme ni tener alguna duda al respecto de lo que mi trabajo conlleva. Al llegar a casa me relajé dejando mis zapatos por cualquier lado, sin medir si tenía barro o no por la lluvia de hoy en la mañana.
Subí las escaleras hasta el cuarto de baño, allí me desvestí, llené la bañera con agua caliente y fría en eso tome una pequeña botella con jabón y lo eche dentro de la bañera este se mezcló con el agua. En eso metí una pierna y después la otra, mi cuerpo tocaba las finas espumas que se iba formando, finalmente me quedé sentada dentro de la bañera. Cerré mis ojos y comencé a relajarme, pequeños recuerdos vinieron a mi mente, parecía que querían darme un mensaje, pero de pronto esos recuerdos se convirtieron en pesadillas, en la imagen aprecia el doctor Smiley con guantes y un barbijo que llevaba como dibujo una sonrisa demoníaca, me asusté en otra imagen me encontraba atada a una camilla de pies y manos.
Intentaba gritar, zafarme de su agarre, pero mis fuerzas no ayudaban en nada. Estaba desesperada, el doctor Smiley me miraba desde un rincón moviendo lo que parecía ser un machete de esos que se usan para cortar árboles, mi boca estaba sellada al parecer con cinta, mis ojos comenzaron a sudar podía sentir como caían las lágrimas de sudor sobre mis mejillas. En eso solo moví mi cabeza hacia la izquierda, el doctor Smiley se levantó de su lugar, el sueño se sentía tan real que podía escuchar todos los sonidos y ver cada movimiento o mano que se moviera sobre mi puto cuerpo. El doctor estaba tan concentrado viendo su machete que sentí que en cualquier momento me lo clavaría sobre la boca de mi estómago, en eso, giro su cabeza hasta donde me encontraba atada, el doctor movió su mano acercando su machete hasta mi cuello. Comencé a gemir por el miedo, solo quería salir de aquí, de esta pesadilla de ver al doctor que era mi compañero intentando matarme.
— Señorita Steven, me da tanto placer tenerla así tan vulnerable ante mí. Mis encantos solo son un arma para atraer a la presa, después de eso bueno… Sabe lo que va a pasar — Fue lo último que escuche antes de despertar.
No me di cuenta, pero me había quedado dormida tan profundamente que me levanté asustada, estaba debajo del agua, la presión que sentí era porque estaba comenzado a ahogarme, mi cabeza daba vueltas tosí sacando el agua que había entrado por mi boca y nariz, como pude me levanté y tomé la bata que estaba sobre la tapa del inodoro, apague las velas que había encendido para darle al ambiente un entorno más relajante.
Mis manos temblaban, el sueño había sido tan real pero tan real, que las gotas de sudor era el agua que comenzaba a entrar por mi nariz. No supe como continuar el baño, me senté sobre el inodoro a pensar ¿Qué había sido todo eso? ¿Y qué señal quería darme?, El doctor Smiley había aparecido en mis sueños torturándome de la peor manera posible.
Después de despejar un poco la mente, decidí levantarme. Fui en dirección hasta mi habitación, allí saqué un par de prendas para vestirme y así poder estar más cómoda, después de vestirme bajé abajo a prepararme una sopa instantánea, tenía mucha hambre, no iba a volver a pasar el simple hecho de quedarme dormida en la bañera ¡Maldita sea! Grite asustada. Acariciaba mi cien para poder tranquilizarme el miedo que me provocó el doctor, me había generado mucho estrés así que busqué entre las medicinas una pastilla para dormir, fui hasta la cocina y busqué un vaso con agua. Después de eso caminé a mi habitación dándome ánimos.
