La noticia

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- ¡Los han masacrado! ¡Los han masacrado! -gritó un chico muggle de Hufflepuff.

- ¿Qué dice? -con rapidez los murmullos empezaron a llenar el comedor, el periódico ¨el profeta¨ estaba llegando de uno en uno, y con ello, gritos de angustia de muchos mestizos. El grupo de Harry Potter no sabía qué pasaba, estaba recién llegando al comedor cuando muchas miradas de lástima llegaron en su dirección.

- ¿Paso algo...?

La mesa de profesores empezó a moverse con rapidez, McGonagall y Dumbledore venían a paso apresurado, pero desde el otro lado del comedor y con la multitud, más rápido no podían ir. 

- ¡A un lado, a un lado! -exclamó la bruja.

- ¿Que...? 

- Lo siento, Granger... creo que debes saberlo antes de que te enteres de otra forma -Pansy Parkinson, quien a menudo despreciaba a la insoportable leona, estaba extrañamente comportándose bien a su lado, sin entender por qué le extendían el diario, comenzó a leer.



¨FAMILIA DE MUGGLES TORTURADA HASTA LA MUERTE¨

Este lunes, después de las publicaciones del ganador de la copa de los tres magos, nuestro querido joven Potter, nos llegó una horrible historia de parte del departamento de aurores. Al parecer la muerte no deja de perseguir al niño que vivió, desde sus padres, al reciente joven Diggory a quien lamentamos su muerte y le enviamos las condolencias a sus padres, se le suma la trágica muerte de unos muggles.

¿A quiénes me refiero?

A los padres de su gran amiga, la joven Hermione Granger, con quien hace no mucho encontramos muy abrazaditos. La familia fue torturada con diferentes hechizos que son condenados a cadena perpetua en askaban. Hechizos imperdonables. La aurora Tonks nos explicó que sobre la casa se encontró la marca tenebrosa, si mis lectores, la misma del innombrable. 

Le enviamos el más querido pesarme, él no se detiene ni sus seguidores, por ahí dicen que la historia para los que no aprenden se vuelve a repetir. Anden con cuidado, ya nadie se salva, revisen puertas y ventanas. Él ha vuelto. 

Se despide, su querida Rita Skeeter.


Un grito. Un grito desgarrador que llegó a romper las ventanas y copas del gran comedor. 

Hermione Granger estaba absolutamente adolorida.

Los habían matado.

Y el diario no tuvo ningún reparo en decirlo de esa manera, sin temer que ella se fuera a enterar así.

Estaba sola.



Sintió voces, manos, palabras vacías de disculpas, ella se soltó de sus agarres  con una pequeña explosión de magia. Abrió las puertas del comedor y corrió. Corrió y corrió. Siguió corriendo hasta que la adrenalina acabó y sintió el dolor de sus piernas. Entonces cayó en medio del bosque inconsciente.



. . .


Los estudiantes murmuraban como cualquier martes, era el último día de clases y se sentía todo mucho más tranquilo desde que Beubatonx y Durmstrang volvieron a sus escuelas. Pero mis dotes de espía enviaron alarmas, algo raro estaba sucediendo. Albus también lo había sentido. Entonces lo supe cuando Minerva se puso blanca. 

Leí con rapidez el periódico que estaba frente a mí y recordé aquellas épocas del señor oscuro. No era el más cercano al grupo de Potter, pero no le desearía a nadie que le sucediera eso, pronto Albus y Minerva comenzaron a dirigirse hacia la entrada. Supongo que para avisarle a Granger antes que cualquiera.

Tarde.

Para cuando ellos habían llegado más allá de los niños, Granger ya había tomado el periódico de la señorita Parkinson.

Los vidrios colapsaron y ella escapó.

Las siguientes horas la mitad de los profesores se encargó de cuidar a los alumnos confinados en sus salas comunes y la otra mitad en buscarla por todas partes. Incluso vinieron algunos miembros de la orden y aurores. Por lo que Minerva me contó en su patronus, tuvieron que darles tranquilizantes a los Weasley y atontar a Potter y comadreja menor que intentaron venir a buscarlos ellos mismos. 

Estuvimos a punto de desertar cuando Lupin llegó con un bulto en brazos.

La tenía. 

Le había encontrado por su olor.

¨Estaba tirada entre los árboles, pobrecilla¨

Había dicho.

Pronto convocamos una reunión en la sede de la orden del fénix. La sra Weasley lloraba desconsoladamente y otros lucían mayores, pálidos, menos Black, que solo yacía extrañamente quieto. Algo raro en él.

- Bien... todos ya saben las últimas noticias. La señorita Granger ha quedado huérfana, como el joven Harry, debemos buscar un tutor... se, Molly que con gusto la adoptarías, pero en este momento tienes demasiados hijos, un marido y una casa que atender, no pondré sobre ti ese cargo. Entonces nos quedan algunas... opciones. 

- Habla, Albus, se que tu cerebro tiene planeado algo.

- Bueno... teniendo en cuenta que ella debe tener a alguien de la orden, con ciertas condiciones socioeconómicas y mentales, además de cierto lazo cercano para que le sea fácil hacerse la idea. Surgieron ciertas personas. 

- Mi madre -habló Tonks- ha dicho explícitamente que ella puede hacerse cargo, somos una familia medio muggle, podríamos hacer un cambio positivo en ella. Y... no tan brusco, como lo haría con cualquier otro.

- Tienes razón, Tonks, ella es una de las opciones. Pero también cabe, que ahora que planeamos un juicio para Black -los ojos del hombre brillaron con viveza por un pequeño tiempo en reconocimiento- podría quedarse con él y Harry, los tres podrían apoyarse de gran manera... pero yo tengo a alguien más para ofrecer, aunque no he hablado con él se que podría funcionar.

- Habla viejo, me estás exasperando.

- Pienso -tamborileo los dedos en la mesa, esquivando mi curiosa mirada- que Severus sería una gran opción.

- ¿Qué..?

- No, ni lo pienses.

- Severus, ella es una miniversión tuya... podrías enseñarle muchas cos... 

- ¡No!

-... as es una joven brillante, ama las pociones... recuerdo que tú tenías la nariz tan metida en los libros como ella... de hecho, se parece un poco a Lily... 

La habitación se calló de pronto de golpe. Hasta Sirius Black perdió el color en el rostro.

- ¡DEJA DE MANIPULARME CON EL RECUERDO DE LILY, SUFICIENTE CON TENER QUE SALVAR EL TRASERO DE POTTER CADA AÑO! -su rostro, contorsionado de rabia se enrojecía cada vez mas- ¡NO PUEDO! ¡NO QUIERO! ¡SOY UN MALDITO ESPÍA, TE DOY MIS NOCHES, MIS DÍAS, MI VIDA....! ¡NO SOY CAPAZ DE DAR AMOR Y MENOS A UNA NIÑA! -gemi- carajo... -suspire con fuerza mientras se me quebraba la voz- ¡mañana puedo morir, y no pienso encariñarme con nadie más! -su voz era ahora un susurro cargado de desesperación- ¡Todo ser a quien quiero muere! ¡Ni lo pienses!

Y escape de la habitación desconsolado, podía funcionar. 

Pero yo hace años había enterrado mi corazón cuando Voldemort la mato. 

Nadie. Ni esa niña podrían descongelarlo.


Alguien a quien llamar papáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora